Tras 24 años al frente de Finca La Emperatriz, los hermanos Eduardo y Víctor Hernáiz han decidido que es el momento de darle una vuelta de tuerca a esta histórica bodega. Y lo han hecho por partida doble, porque bajo el nombre de Finca La Emperatriz Gran Vino 2016 encontramos un blanco monovarietal de viura y un tinto con 18 meses de crianza en barrica elaborado con tempranillo, garnacha y viura, que se presentan de forma independiente (con un precio de 35 euros cada uno) o en un estuche de madera (70 euros).
Ambos se vinificaron con uvas procedentes de cepas con un promedio de sesenta años antigüedad, y recuperan el estilo de vinos finos y de guarda que dio gloria a la Rioja Alta. Y es que justamente ahí reside la clave del giro que realiza ahora la bodega: «En el deseo de recuperar la esencia de la finca», según aseguran desde la propia marca, algo que los Hernáiz no han dejado de buscar desde que llegaron aquí, hace casi un cuarto de siglo, cuando la familia adquirió la histórica finca de viñedo que perteneció a la emperatriz Eugenia. Para ello, han cambiado el enfoque hacia el estilo bordelés. Un estilo que se encuentra en la raíz de su historia.