Haz clic aquí para leer la versión en inglés.
La bodega Macán es un proyecto que nació hace casi 20 años, siendo fundada conjuntamente por la familia Álvarez Mezquiriz, dueños de Vega Sicilia -una de las bodegas más prestigiosas de nuestro país- y los Rothschild. También llamada Bodegas Benjamin de Rothschild & Vega Sicilia surgió con la idea de elaborar grandes vinos en Rioja, una región vitícola única, singular, inimitable.
Durante los primeros cinco años, estuvieron estudiando los terroirs y llevaron a cabo la adquisición de viñedos. Fue en 2009 cuando el proyecto se puso en marcha propiamente dicho con la primera añada de sus dos vinos: Macán y Macán Clásico. El lanzamiento definitivo de la marca se produce en el 2013, con la salida al mercado de las primeras botellas. Pero, tal y como revela Cinco días, parece que el proyecto no ha acabado de ser rentable.
Hace un año, la sociedad registraba más de 600.000 € de pérdidas, como se puede comprobar en las cuentas depositadas en el Registro Mercantil, cifra que suponía un 22% más con respecto al ejercicio de 2023; aunque había llegado a facturar un 15% más, con un total de 4,5 millones, aunque el cómputo global seguía siendo negativo. Las pérdidas acumuladas estaban cifradas en 5,4 millones.
Como medida para intentar seguir garantizando la viabilidad del proyecto, ahora las dos empresas dueñas de Bodegas Macán han decidido inyectar 1,25 millones de euros, según publicaba Cinco Días «en proporción a su participación». Además, los representantes de la bodega han comunicado al citado medio que, con esta inyección, pretenden alcanzar unas «cifras normalizadas a partir del 2024».