La historia del Alentejo, que en portugués significa “allende el Tajo”, es la historia de Portugal, que se extiende desde el sur de Lisboa hasta el Algarve. Está región (27.292 km2), la más grande y rural del país vecino, está dividida en cuatro territorios: Bajo, Centro, Alto y Litoral. Resalta por un clima mediterráneo, aunque con zonas de microclima continental, y es conocida por sus extensas colinas, sus alcornoques, el aceite de oliva y, por supuesto, su gastronomía, que tiene como base el cerdo, el cordero, las verduras, el pan y sus excelentes vinos.
Todo ello invita al viajero a sentir el slow travel y disfrutar no solo de la belleza de sus paisajes en un entorno natural privilegiado, y de sus medievales pueblos de rico patrimonio arqueológico y arquitectónico, sino también de su cocina tradicional combinada con una experiencia enológica inolvidable, en la que destacan sus apreciados vinos (blancos, rosados y tintos), conocidos internacionalmente por ser intensos y aromáticos.
Ocho Denominaciones de Origen
Hace unos días tuvimos la ocasión de conocer parte de esta región gracias a Visit Alentejo. En este viaje hemos podido disfrutar del relieve de su naturaleza, sus pueblos medievales, su excelente gastronomía y los buenos vinos alentejanos que pudimos catar en algunas de sus mejores bodegas. Esta zona cuenta con ocho Denominaciones de Origen (DO): Borba, Moura, Portalegre, Reguengos, Redondo, Vidigueira, Granja/Amareleja y Évora. La visita también puede realizarse a través de sus tres rutas del vino: la ruta de San Mamede, al norte; la ruta histórica, que recorre todos los viñedos del centro del Alentejo, como Borba o Reguengos de Monsaraz; y la ruta del Guadiana, que sigue el río que le da nombre.
Ruta histórica por el Alentejo Central
Tras más de dos horas en coche desde el aeropuerto de Lisboa, llegamos a Monsaraz, uno de los pueblos más pintorescos, antiguos y mágicos de Portugal. Ubicado en el corazón del Alentejo, en lo alto de una colina con vistas a la frontera con España y al río Guadiana, en 2017 fue declarado Aldea Monumental de Portugal, (una de las 7 maravillas del país lusitano).
La mejor manera de empezar la visita es entrar por la Porta da Vila y pasear por su histórico casco antiguo de calles empedradas, rodeadas de encantadoras casitas blancas encaladas, patios adornados de flores, pequeñas tiendas de artesanía, etc. Seguimos nuestro recorrido hacia el castillo, que es el punto más alto, donde nos sentimos trasladados a la Edad Media, cuando los caballeros templarios habitaban esos muros. Desde cualquier punto de la fortaleza, que está protegida por dos torres semicilíndricas, se contemplan unas magníficas vistas del lago Alqueva (el mayor lago artificial de Europa).
Cultura enogastronómica
Comenzamos nuestra ruta de enoturismo visitando una de las bodegas más antiguas de la zona, Ervideira, que elabora sus vinos desde 1880, y actualmente está dirigida por la cuarta y quinta generación de la familia Leal da Costa. En un ambiente relajado y distendido a bordo de una de las barcas que hacen travesías por las tranquilas aguas del lago Alqueva, pudimos degustar algunos de sus vinos junto a una selección de deliciosas especialidades de la gastronomía local, como embutidos, quesos, olivas y pan contemplando el atardecer y los paisajes más bellos del Alentejo.
Después de una intensa jornada, nos alojamos la primera noche en el hotel Herdade dos Delgados, un lugar mágico en perfecta armonía con la naturaleza, donde disfrutamos de una exquisita cena en su restaurante Orion. Su chef ejecutivo, Ricardo Delgado, ofrece una carta moderna que nos guía a través de los sabores y colores de la cocina tradicional.Riquísimos sus huevos revueltos con espárragos; el estofado de cordero; o el cerdo a la alentejana con migas de tomate y chorizo con puré de zanahoria trufado
Évora, capital del Alentejo
Después de descansar y tomar un buen desayuno en el hotel con productos locales, salimos en dirección a Évora, capital de la región del Alentejo, declarada en 1986 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Y no nos extraña nada, porque es como un libro de historia portugués, ya que atesora restos de diferentes civilizaciones: neolítico, imperio romano, época medieval, época visigoda y morisca. Hacemos un recorrido por su centro histórico recorriendo sus calles, que recuerdan la época dorada de Portugal y que hoy en día la convierten en la ciudad fortificada mejor conservada del país. Nos hechizó su acueducto inacabado, construido en el siglo XVI para llevar agua a la ciudad; la fascinante Capilla de huesos, una iglesia cuyas paredes están decoradas con huesos y cráneos humanos; su universidad, una de las más prestigiosas de Europa; el Museo de Évora; el templo romano; la Iglesia de San Antonio, etc.
Como hay que reponer fuerzas, hacemos una parada para almorzar en el restaurante Enoteca Cartuxa, todo un signo de identidad de la ciudad en el mismo centro histórico. Su decoración evoca el ambiente informal de una taberna transportándolo a la época contemporánea. Su cocina regional,interpretada y reinventada de forma moderna, ofrece un recetario infinitoque pasa por legumbres y platos de caza, como el conejo al vino, las empanadas de perdiz o los distintos platos con jabalí, perfectamente armonizados con los vinos de la premiada bodega Cartuxa (Pèra Manca y Monte dos Pinheiros).
En esta ciudad fortificada, nos alojamos en el hotel M’ar de Ar Aqueduto, situado en el centro histórico de Évora, que surgió después de la adaptación del antiguo Palacio de Sepúlveda, un edificio del siglo XVI que aún conserva su antigua capilla, techos abovedados y tres ventanas manuelinas en su fachada, pero adaptado a los más modernos conceptos de arquitectura y diseño.
Siguiendo en esta región vitivinícola de gran tradición, asistimos a un tallerde gastronomía y maridaje de vinos organizado por las cofradías gastronómica y de vinos de Alentejo. La Escuela de Hostelería y Turismo de Portalegre es la encargada de sumergirnos en la cocina tradicional alentejana, pero con un toque moderno, que maridan a la perfección con los vinos de la zona.
Évora wine
El Alentejo es un terreno fértil para los que aprecian los buenos néctares, así que aprovechando la celebración en la céntrica Praça do Giraldo del Evora Wine 2024, asistimos al mayor y mejor evento de vino de la región, que combina gastronomía, cultura y una degustación de más de 250 vinos alentejanos. Este encuentro es el único en el Alentejo que pone a losproductores en contacto directo con los consumidores nacionales y extranjeros, para compartir conocimientos y sabores sobre la gastronomía y los vinos producidos en el territorio. Esta edición ha atraído alrededor de 8.000 visitantes nacionales y extranjeros, y su organizador, Reto Frank Jorg, ha destacado que “el vino es una de las principales anclas de las visitas a esta región y, por lo tanto, muy importante para dinamizar el turismo en el Alentejo”.
Mercado de Estremoz
El sábado por la mañana visitamos la pequeña población de Estremoz, que destaca por su famoso mercado de productores. Su bella Praça do Rossio Marquês de Pombal se convierte en una reunión de tenderos que venden desde frutas, verduras, cereales, quesos o embutidos, hasta antigüedades consideradas piezas de coleccionista. Después de haber recorrido sus puestos nos dirigimos al restaurante Gadanha Mercearia, situado en el centro de la ciudad.
Se accede a su interior por una tienda gourmet de productos portugueses (cervezas artesanas, mermeladas, quesos, dulces, vinos…), y en su acogedor comedor nos encontramos una decoración rústica, con mesas de madera, sillas variadas y bonita cristalería. Tienen una amplia carta donde elegir entre una gran variedad de platos modernos pero inspirados en los sabores de la región: croquetas de cordero con mahonesa de ajo asado; pasteles de cazón; carrilleras; pulpo; arroces cremosos; merluza; etc, siempre con unas guarniciones muy originales.
Emblemáticas bodegas
En esta ruta por el Alentejo no podemos dejar de visitar algunas de sus más conocidas bodegas, como la de Joao Portugal Ramos, considerado el enólogo más famoso de Portugal. Con más de 1.500 hectáreas de viñedos, sus vinos han sido aclamados por crítica y público, consiguiendo por ello innumerables premios. Allí, en un entorno idílico con vistas a los viñedos, donde parece que el tiempo se detenga, hacemos una cata de estos vinos que representan el recuerdo perfecto de Estremoz.
Situada en Vila de Frades, en el corazón del Alentejo, se encuentra la bodega Geraçoes da Talha, una empresa familiar enfocada en producir y difundir el arte de hacer vino de talla. Allí tenemos la oportunidad de conocer la tradición y los métodos de vinificación que los romanos introdujeron hace más de dos mil años, ya que se fermentan en vasijas de barro, lo que intensifica el color y el sabor, aportándoles frescura, pero manteniendo su carácter.
Acabamos la jornada disfrutando de los sabores alentejanos en Cavalariça, un restaurante situado en un encantador palacio del siglo XIV. En la terraza que pertenecía al antiguo patio del palacio, compartimos varios platos que contienen muchas verduras y fermentación para darles sabor, pero también proteínas preparadas de forma creativa. Todo regado, por supuesto, con excelentes vinos de la zona.
Punto final
Nos despedimos del Alentejo visitando Quinta do Quetzal, en las laderas de Vidigueira. Nos encontramos en una moderna bodega que conserva las antiguas tradiciones de producción vinícola romanas y alentejanas. En su restaurante podemos disfrutar de unas impresionantes vistas de la finca, con los viñedos a un paso, mientras saboreamos los platos inspirados en la gastronomía alentejana, elaborados con productos locales de temporada y muy bien acompañados por los vinos de la bodega.