Si ya sabíamos que Reino Unido no destacaba por tener comida sana, ahora podemos (casi) confirmar que no llegará a ser uno de los países más sanos, por lo menos, por ahora y por mucho tiempo. Y el motivo de esta trágica realidad reside en el Brexit.
Una cosa era saber que Inglaterra nunca estuvo-está-estará entre los países más sanos del mundo, por su comida altamente calórica y la llamada fast food, pero otra cosa es esto, aceptar que comer sano en este país va a ser un lujo sólo apto para ricos. Una conclusión a la que ha llegado un estudio realizado por el banco neerlandés Rabobank.
Si la comida de por sí ya está cara en la capital británica y sus dominios, el informe emitido por este banco considera que, tras el Brexit, el comer sano, con productos frescos y de temporada, podría ser una opción sólo disponible para unos pocos, los de mayor poder adquisitivo. Las razones no son otras que el aumento considerable que va a experimentar la comida, prácticamente en un 8%, tras la salida de Reino Unidos de la Unión Europea. Para las frutas y verduras el aumento oscilará entre el 15% y el 20% sobre su precio actual.
Estas cifras también están reseñadas en The Independent, el primer diario en hacerse eco del estudio del banco Rabobank y en tratar el sufrimiento que muchos británicos van a experimentar, al tener que eliminar algunos de estos alimentos mencionados de su cesta de la compra, por la imposibilidad de pago.
Consecuencias negativas y preocupaciones serias que van más allá de una decisión política.