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Este nuevo tema, que forma parte de su primer EP colaborativo, más allá de amor y pasión, canaliza una oda a la noche barcelonesa proyectada a través de un vídeo en el que aparecen lugares icónicos de la ciudad. Enclaves suspendidos entre la luz y la oscuridad sobre los que transitan los vampiros de moda, como seres que nos embaucan y seducen a todos a través de su actitud sórdida y sus looks en denim de la marca Blumarine, combinados con abrigos de piel, colmillos y crucifijos.
Los vampiros de la noche nos adentran así en una serie de escenas tenebrosas por las calles del Raval, mientras rezan discursos de “salir de noche y llegar de día”, en medio de esa búsqueda eterna de la fiesta que acaba teniendo lugar en el emblemático bar del antiguo “barrio chino”: El Bar Marsella.
Rosalía y Rauw se cuelan así dentro de esta joya arquitectónica que tiene más de 200 años de historia. Una taberna castiza que cuenta con un interior compuesto por antiguas mesas de mármol, un techo desgarrado y una barra llena de alcohol decadente sobre la que los artistas beben absenta: una bebida representativa del establecimiento que frecuentaron artistas como Dalí o Picasso.
Tras consumir esa bebida espirituosa servida con una botella de agua y un azucarillo encendido sobre un tenedor, los vampiros de culto se van de after a la Churrería J. Argilés. El nuevo hotspot de la ciudad en el que Rosalía y Rauw Alejandro sacian su hambre y su sed con una serie de churros antes de dirigirse a su propia mansión ubicada en la Casa Corberó: el edificio laberíntico, diseñado por el arquitecto Xavier Corberó, en el que encumbran alrededor de una mesa redonda todas las escenas gastronómicas y emocionales de «Vampiros».
