Con la primavera asomando por la ventana y atravesando el mes de marzo –casualmente el mes de la mujer–, todo hacía presagiar que el encuentro de estas cuatro mujeres iba a dar mucho de sí. Tanto, que terminaría con la promesa de una comida juntas. Ocurrió el martes 19 de marzo, durante la celebración del último Tapas Talks, esos encuentros creados por la revista Tapas para que los profesionales del sector puedan compartir conocimiento, experiencia, inquietudes y desafíos con el propósito de trazar puentes –o acueductos– entre todos y sus respectivas disciplinas. En definitiva, para ser mejores. En esta ocasión el tema a debatir, tan importante como complejo, nos atañe todos: el papel de la mujer en la gastronomía.
Y las voces no podían ser mejores: Soraia Durán, fundadora y directora general de la Agencia Suite; Sara de la Torre, directora del departamento de innovación de Emilio Moro; María Fernández, propietaria de los restaurantes Barracuda MX y Can Chan Chán; y Lucía Grávalos, chef de Desborre. El lugar, el hotel NH Collection Madrid Suecia; la moderadora, Laila Jiménez, periodista y presentadora de Informativos Telecinco; el patrocinador, la Dirección General de Igualdad de la Comunidad de Madrid.
La conciliación: el gran tema
Siempre es una pregunta la que rompe el hielo, lanzada al aire por Laila para que la recoja quien quiera: ¿Creéis que con el trabajo que hacéis mujeres como vosotras se está dando mayor visibilidad a la conciliación? Lucía da un paso al frente para ir a la que es para ella la clave de la conciliación en la hostelería: partir de la concienciación del cliente para que entienda que no se puede tomar un menú largo a las tres y media de la tarde. De ahí surge el respeto hacia un oficio que nos hace disfrutar tanto y el respeto hacia el horario de los hosteleros. Una sensibilidad a la que, según María, se llega con una buena educación de base, sin esta, es difícil que haya empatía o sororidad.
Los puestos directivos, algo que se extrapola a todas las profesiones, parecen ser los grandes hitos inalcanzables. Y es importante, porque si la mujer está en la cúspide de la pirámide habrá más posibilidades de que se entienda el peso familiar, su valor y, por tanto, la igualdad. Soraia en esta asignatura aprueba y con buena nota, ya que el 80% de su plantilla está formada por mujeres: “Siempre ayudaré en la conciliación y la favoreceré, también porque lo entiendo”. María no se cansa de pedirlo, ni Sara de apoyarlo, así como también pide el apoyo de los ministerios, consejerías o comunidades. Ellos son los grandes canales que llevan a la visibilidad.
Bodegas, cocinas y comunicación masculina
La visibilidad de la mujer ha sido poca a lo largo de la historia y cuando empieza a tener peso es cuando comienza a hacerse un hueco en lugares que han estado siempre dominados por los hombres. Las bodegas es uno de estos lugares: “Es ahora cuando las mujeres están despuntando en los departamentos técnicos. Los hombres tenían más facilidades para acceder a la formación y, por tanto, podían acceder a ese puesto de trabajo. Ahora está ocurriendo lo mismo con la mujer”, afirma Sara. También cree que ellas tienen un punto de sensibilidad extra y más amplitud en el perfil aromático y gustativo; y todo eso nos favorece y le sacamos partido. Si no, sólo hay que echar un vistazo al amplio listado de enólogas, directoras de bodegas y responsables de viñedo que hay.
La fuerza ha sido siempre la excusa que se ponía para apartar a la mujer del trabajo físico. Algo que se ha sentido en un viñedo o también en una cocina, donde era la pastelería la partida femenina por excelencia. “Es increíble cuando la base de la gastronomía es la mujer. Pero cuando alguien ha despuntado en la familia, ese ha sido el hijo”, exclama alarmada Lucía. Por esto María cree que es importante tener equipos mixtos y equilibrados porque todos tienen algo que aportar; y ella se confiesa enamorada de Tatiana Allard, la jefa de cocina de Barracuda MX: inteligentísima, entregada, amorosa, responsable… Perfecta.
Pero ¿hay una cocina masculina y otra femenina? Sobre esto, Soraia sí que reconoce, y en la agencia lo tienen cuantificado, que el groso de la hamburguesería es él y el de la cocina healthy es ella. Hay preferencias genéricas, pero a la hora de comunicar tiene claro que no se debe segmentar, ya que la comunicación tiene que ser inclusiva para así llegar a todos los públicos. Por supuesto, en la generalización siempre se pierden cosas y personas, como defiende María ante el grito: “¡A las mujeres les gusta más enchilarse que a los hombres!”
Los retos para un futuro con más nombres de mujer
Todas concuerdan en que el desafío reside en ocupar más puestos directivos, en tener más confianza en sí mismas, en contar con el apoyo de las administraciones, en invertir en una educación feminista desde edades tempranas para que haya una colaboración entre todos, y referentes, más referentes femeninas, por favor.
La charla llega a su fin y esos acueductos se han levantado. Por ellos corre agua, limpia, fuerte y clara. La despedida se zanja con la promesa de una comida juntas en la que no falte el tequila y con esta declaración de Laila que lo dice todo: “Vosotras sois quienes conseguís visibilizar el papel de la mujer en este mundo. Vosotras vais a ser el referente de muchas personas”.