Durante siglos muchas personas han decidido decorar sus estanterías con diferentes tipos de hortalizas, para poner color al otoño, o frutas como el membrillo para dar olor en casa o incluso en el coche. Pero, ¿alguna vez te has preguntado si te las puedes comer después de haberlas utilizado como decoración? Lo que ocurre si vas a comerlas es que las frutas u hortalizas se habrán quedado rígidas por el exterior y su interior no estará tan carnoso como antes.
En el caso concreto de las calabazas es diferente puesto que algunas se cultivan para su consumo y otras, directamente, tienen fines puramente decorativos. Las mini calabazas que utilizamos para decorar son menos sabrosas y mucho más amargas que la que destinamos al consumo aunque en algunos casos pueden tener un sabor similar al calabacín. Si quieres comerlas deberás hacerlo cuando sean blancas, antes de que cojan ese color tan bonito verde y/o naranja (tan ideal para decorar en otoño).