Este viernes el grupo Big Mamma desembarca en España, concretamente en el número 39 de la calle Velázquez de Madrid, con la inauguración del restaurante italiano Bel Mondo. Y lo hace por todo lo alto: con un local de 900 m2 (de los cuales 235 son de encantadora terraza). Es capaz de acoger a 300 comensales (ahora menos por las medidas de seguridad por la covid-19, claro) y da trabajo a más de un centenar de personas entre la cocina y la sala. Se trata, nada menos, del proyecto más grande de los 12 que atesoran repartidos por París, Lille, Lyon y Londres.
El diseño, un ingrediente estrella
El restaurante Bel Mondo ocupa el espacio en el que se encontraba el –para algunos– emblemático Loft 39, que ahora luce irreconocible y que nos traslada de golpe a Italia en cuanto ponemos un pie en él. Primero por su espectacular interiorismo, obra del STUDIO KIKI (el propio estudio del Grupo con sede en Londres), que firman un diseño con una ambiciosa mezcla de estilos en sus diferentes espacios totalmente diferenciados.
Empezando por los aires kitch de la propia entrada, donde las luces de neón iluminan la alfombra roja que nos encamina escaleras arriba, hasta llegar al bar de copas que nos da la bienvenida (y que cuenta con 30.000 discos de vinilos en sus estanterías).
Siguiendo por el elegante y acogedor ambiente veneciano de sus dos salones: uno repleto de libros antiguos, lámparas de cristal de Murano y confortables sillones; y el otro con dos cocinas vistas: la general y la dedicada exclusivamente a la repostería.
Y, por supuesto, su fantástica terraza. De claro ambiente mediterráneo, será la indudable reina del lugar en los días cálidos. Pero también en invierno, gracias a la posibilidad de cerrar su techo.
Ni trampa ni cartón
Pero, seamos sinceros: ¿cuántos sitios hay que nos deslumbran con su interiorismo para luego defraudarnos con su cocina? Pues demasiados… Y al contrario de lo que pudiera parecer a nuestros cínicos ojos en un primer momento, el restaurante Bel Mondo no es uno de ellos. Su cocina está a la altura, con creces, de su irresistible y colorido diseño.
Para empezar, porque absolutamente todas las elaboraciones que se sirven son elaboradas por ellos mismos. Desde la pasta fresca a las salsas pasando por los postres. Todo. Y eso se nota, claro. Además de seleccionar cuidadosamente los ingredientes de cada plato: cuentan con una red de más de 150 productores italianos (y ahora también españoles). Ellos abastecen sin intermediarios, con mimo y cuidado, a todos los establecimientos del Grupo. Algo de lo que presumen sin miramientos indicando en muchos de los platos de su carta la procedencia de cada producto.
Así que sólo queda levantar de la mesa los prejuicios y dejar que empiecen a desfilar por ella las elaboraciones de una cocina sencilla, pero honesta (y a unos precios más que competitivos). Para abrir boca, por ejemplo, su prosciutto de 24 meses de curación llegado directamente desde Langhirano (cerca de Parma) o sus irresistibles quesos: burrata, mozzarella, parmesano…
A lo que puede seguir alguno de sus antipasti, como el ‘No puerro más’ (un puerro asado al horno Josper con una suave salsa verde casera) o unas ‘CroqueStar’ (croqueta rellena de bechamel a la trufa con jamón).
Para después entrar de verdad en materia con una de sus pastas «hechas diariamente con mucho love», como ellos mismos afirman (la Gran Carbonara es apuesta segura), su risotto alla milanese con tuétano o una de sus pizzas elaboradas rigurosamente como marcan los cánones napolitanos.
Y acabar con uno de sus postres aquí no es pecado. Más bien lo sería irse sin probarlos… Ya sea su icónica tarta de limón, la de queso o el tiramisú.
Bel Mondo, por tanto, tiene todos los ingredientes para convertirse en uno de los nuevos sitios de moda de la capital. Aunque en realidad es mucho más que eso.
Otros restaurantes:
- Los hoteles a los que debes ir a comer
- 10 restaurantes que no te puedes perder
- Estos son los nuevos restaurantes que tienes que conocer
- Los 13 mejores restaurantes de Berlín