Las campanadas te avisan de que la misa va a comenzar y los gritos de tu madre de que o vas corriendo a la mesa o el plato se volatiliza.
¿Qué ocurre cuando las campanadas llaman a ir a misa y no vas? Que te la pierdes. Pues algo parecido ocurre cuando nos avisan de que la comida ya está servida y tardamos en ir: o se nos pasa el turno de comer o nos comemos la comida fría.
A la mesa y a la misa, sólo una vez se avisa es una forma ancestral de decir que cada acto tiene su momento y que si lo dejamos pasar va a ser muy difícil recuperar lo perdido.
Y si conseguimos recuperarlo ni la comida nos sabrá igual porque estará fría, pasada o reseca ni lograremos entender el verdadero significado de la misa por haber llegado tarde.
Sin olvidarnos de la fuerte carga educacional de este proverbio español: se considera de mala educación sentarse tarde a la mesa o comer descompasado e interrumpir una misa.