Castilla-La Mancha siempre ha podido presumir de un increíble atractivo turístico: por ser el escenario de las aventuras de Don Quijote, su artesanía, los grandes monumentos que aguardan sus ciudades (recordemos que Toledo y Cuenca fueron declaradas como Patrimonio de la Humanidad), así como sus entornos rurales, pueblos y pequeñas comunidades, que maravillan a diario a miles de visitantes.
Pero es que además, desde hace años, ese encanto ha aumentado gracias a su interesante cultura gastronómica. Una cultura encarnada tanto por el azafrán, el morteduelo, la miel de la Alcarria, el ajo, el pisto manchego, las berenjenas de Almagro, el atascaburras, las migas, las carcamusas, las sopas castellanas, los duelos y quebrantos, el queso manchego y la carne de caza, como por los cerca de cien embajadores de su cocina: nos referimos a los protagonistas (chefs con estrellas Michelin o Guías Repsol) de Raíz Culinaria, el sello creado por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha con el objetivo de reconocer y poner en valor la auténtica culinaria que define a la región.
Fran Martínez (Maralba), Iván Cerdeño (Iván Cerdeño), Pepe Rodríguez (El Bohío), Jesús Segura (Trivio), Enrique Pérez (El Doncel), Samuel Moreno (Molino de Alcuneza), Miguel Ángel Expósito (Retama), Carlos Maldonado (Raíces) y José Antonio Medina (Coto de Quevedo) son algunos de los talentos representantes de la gastronomía castellano-manchega de la que hablamos, cocineros que representan los valores, tradiciones, historia y producto del territorio a través de sus propuestas, embajadores de Raíz Culinaria.
Castilla-La Mancha, escenario de La Gala Michelin 2023
Pues bien. A ellos se han sumado hace tan solo unos días, tras la Gala Michelin 2023 que se celebró en Toledo el pasado 22 de noviembre, otras nuevas estrellas. Chefs como Juan Monteagudo (Ababol) y Víctor Infantes (Ancestral), ambos nominados como candidatos a cocinero revelación 2023, el certamen de Madrid Fusión que elige a los cocineros más jóvenes y prometedores de nuestro país; y Javier Sanz y Juan Sahuquillo (Oba), quienes, por su parte, se han hecho con la primera estrella verde de la región, un premio que representa el trabajo unido a la sostenibilidad en la hostelería.
Estos últimos explicaron que construyen su propuesta «en base a más de 45 pequeños productores que nos ayudan a conseguir productos únicos, algunos en claro peligro de extinción. También buscamos variedades olvidadas y materias primas casi desconocidas que procuramos poner en valor».
La región, que acumula 14 estrellas Michelin y hasta 33 restaurantes en total pertenecientes a la Guía Roja, sumando a esos 14 los Recomendados y Bib gourmand, acogió este año la Gala Michelin, la esperada cita gastronómica que se celebró en el Palacio de Congresos El Greco (Toledo) el pasado 22 de noviembre. Y fue seleccionada como el escenario de un evento de tal magnitud por todo lo anterior: por su personalidad gastronómica, su trayectoria histórica como referencia culinaria multicultural y su implicación activa en la promoción de la cocina de la región a través de Raíz Culinaria.