Xavier Gramona ha fallecido este viernes a los 63 años en Sant Sarduní d’Anoia, en Barcelona. El empresario sufrió una caída en su bodega que le provocó complicaciones que acabaron con su vida.
Gramona forma parte de una familia de bodegueros que se llevan dedicando a ello desde 1881. Era vicepresidente de la bodega y máximo representante de la misma, con presencias en la mayoría de ferias y convenciones del mundo del cava. No era el único miembro de la familia que conformaba la empresa, también estaba su primo, Jaume, presidente, y los hijos de Jaumen, Roc y Leonard.
El cava Gramona se hizo su hueco en el sector como de excelente calidad, en gran medida gracias al trabajo de Xavier. Grandes medios se referían al cava Gramona como uno de los vinos de referencia, llegando a etiquetarlos como embajadores del cava español.
Fue la cabeza visible de la escisión del cava, en el que nueve bodegas abandonaron la Denominación de Origen Cava para formar la Marca Colectiva Corpinnat, que resaltaba la calidad de los vinos del Penedés, con uva ecológica y vinificación en la propiedad.
Su primer acto de rebeldía no fue ese, sino cuando, siendo un veinteañero, se marchó de casa porque no compartía la visión de la bodega que tenía su padre. Cuando comprendió la capacidad de crecimiento de la Gramona, volvió a casa y se unió a su familia para hacer crecer la marca y convertirla en el referente que es a día de hoy.