Toma Nota

El pequeño país de los grandes quesos

Los quesos de Suiza son un referente a nivel mundial por su gran calidad, su sabor, el ‘savoire faire’ de sus queseros, su tradición, su naturalidad y su artesanía cien por cien garantizada.

En Suiza hay más de ochocientas variedades distintas sin aditivos químicos ni conservantes. Además, el uso de antibióticos en la crianza del ganado está prohibido en este país alpino. Estos quesos se preparan cada día exclusivamente con leche cruda procedente de vacas alimentadas con hierbas y pastos naturales. Por eso, la misma etiqueta de procedencia suiza en el queso es garantía de un alimento totalmente natural, tanto en la materia prima como en la producción.

Hay que tener en cuenta que todos los quesos suizos son identificados inmediatamente después de su colocación en el molde, gracias a la etiqueta que identifica el mes y el año de elaboración y la quesería donde ha sido producido, asegurando así su autenticidad. En cuanto a su materia prima, los quesos suizos se hacen con leche recién ordeñada que se recibe dos veces al día en las queserías.

Los quesos suizos son el objeto de deseo de los amantes queseros

Al no pasteurizar la leche, los quesos conservan mejor sus propiedades y sabor, y son más fáciles de digerir. Son perfectos para hombres y mujeres que dan importancia a los productos naturales y saludables, como las madres, por ejemplo, los intolerantes a la lactosa o al gluten, quienes prefieren una opción más ‘healthy’…

También, como no podía ser de otra manera, los quesos suizos son el objeto de deseo de los amantes queseros que se decantan por la calidad y el sabor de los productos que adquieren, ya sea un Le Gruyère AOP (que existe desde el año 1115), un Emmentaler AOP (el rey de los quesos y presente en la campaña #Liveoriginaler), un Appenzeller® (que se elabora desde hace más de setecientos años), un Tête de Moine AOP (producido desde el siglo XII y servido en flores), un Sbrinz AOP (uno de los más antiguos de Suiza) o un L’Etivaz AOP (de alta montaña, elaborado a más de mil metros). Cualquier decisión respecto a los quesos suizos siempre será una decisión acertada:

El pequeño país de los grandes quesos

Emmentaler AOP

Con un sabor suave de nueces, un mínimo de 4 meses de maduración y producido desde el siglo XIII. Es el original que se elabora en el valle del Emme y destaca su campaña #Liveoriginaler.

El pequeño país de los grandes quesos

Le Gruyère AOP

Elaborado desde el año 1115, este queso no tiene agujeros. Con una maduración de 5 a 12 meses, se produce en los cantones de Fribourg, Vaud, Neuchatêl, Jura…

El pequeño país de los grandes quesos

Tête de Moine AOP

Se corta en forma de flor con un aparato llamado ‘girolle’ para potenciar su aroma y sabor. Producido desde el siglo XII, solo se elabora en nueve queserías en Suiza y su maduración va de 3 a 4 meses.

El pequeño país de los grandes quesos

Sbrinz AOP

Es uno de los quesos más antiguos de Suiza y necesita un mínimo de 18 meses de maduración para conseguir su potente aroma y sabor. Se produce en Suiza Central y en regiones vecinas.

El pequeño país de los grandes quesos

L’Etivaz AOP

Elaborado de mayo a octubre, como se hacía hace siglos, y de alta montaña (Alpes y Pre Alpes de Vaud), este queso tiene un sabor tiene un sabor afrutado y un toque de nueces, madurado entre los 4,5 y los 18 meses.

El pequeño país de los grandes quesos

Appenzeller®

Se trata del queso más aromático de Suiza, elaborado desde hace más de 700 años siguiendo una vieja tradición artesanal y se frota con una salmuera de hierbas cuya composición es todavía un secreto guardado bajo llave.