Multicultural, alternativa, sugerente, rebelde o bohemia. La ciudad donde vivió Marlene Dietrich sugiere arte, tendencias e innovación, resultado de un pueblo capaz de convivir con su historia. Nos sumergimos en un Berlín con una efervescente gastronomía preparada para sorprender a los paladares más exigentes. Avisamos: las salchichas y el muro no están dentro de nuestro recorrido.
09:00 DESAYUNO
Tómatelo con calma y disfruta del momento del desayuno. En Berlín, el día será intenso y lo mejor es empezar la jornada con las pilas bien cargadas. Benedict (Uhlandstraße 49), -para nuestra fortuna- está abierto 24 horas y puedes deleitarte con sus adictivos huevos en cualquier momento. Si lo tuyo es el buen café, el patio de Father Carpenter (Münzstraße 21) es tu sitio.
No es sencillo de encontrar, pero la búsqueda tendrá una merecida recompensa: una porción de cualquiera de sus tartas. Zeit fur Brot (Alte Schoenhauser Str. 4), sus panes o los ‘poppyseed roll’ son apuesta segura.
10:00 EL ARTE URBANO
Si has llegado a Berlín en domingo, olvídate de ir a misa. Con el clima a tu favor, ve a descubrir qué se cuece por Mauerpark, en Prenzlauer Berg. Las actuaciones, el mercadillo y el buen ambiente te atraparán hasta la comida. Para los amantes del arte urbano, el Dead Chicken Alley es una visita obligada. Dentro se encuentra el Centro Ana Frank, donde se puede conocer mejor la historia del diario judío más conocido. A pocos metros y para los enamorados de la arquitectura están los Patios Judíos. De diseño modernista, el espacio está configurado por una serie de ocho patios conectados entre sí, doblando esquinas entre boutiques, cafés y restaurantes.
13:00 ¿COMEMOS?
Si lo que buscas es indagar un poco en la comida (y la cerveza) alemana, Maximilians Berlin promete un buen codillo y un interesante surtido de salchichas. En cambio, si, como nosotros, quieres olvidarte por completo del currywurst, 1687 con el chef Tomasz Trabski a la cabeza, ofrece una delicada cocina francesa. Si el sol acompaña, un vino en la terraza será un buen punto de partida antes de probar su corte de Tomahawk acompañado de setas de Portobello. Kimchi Princess en Kreuzberg, ofrece platos coreanos donde la col china fermentada custodia la mejor de las carnes.
14:00 FOTOGRAFÍAS Y VISTAS
Antes de perderte por Isla de los Museos, si eres amante de la fotografía debes hacer una parada por la Helmut Newton Foundation. El museo ofrece, entre otras exposiciones, la visión innovadora e insurrecta de Newton. Para recrearse con una de las mejores vistas de la ciudad hay que ir a Teufelsberg. Eso sí: cuidado con los horarios porque no abre todos los días. Pasear por el barrio de Nikolaiviertel es descubrir un Berlín completamente diferente al que conocemos. Sus calles parecen un pueblo de la Edad Media en mitad de la gran urbe. Después del recorrido, los cupcakes de Tigertörtchen invitan a un reposado café.
20:00 CENA
Sí, en Berlín la gente cena temprano. Y temprano quiere decir que a partir de las seis de la tarde muchos restaurantes ya tienen sus cocinas abiertas. Si es jueves y buscas algo informal, piérdete por Markthalle Neun, un mercado que se convierte en un homenaje gastronómico en pleno corazón de Kreuzberg. Algo más delicado, pero sin excesos, es Rutz, un bar de vinos liderado por Marco Müller. Para los más intrépidos, Layla Restaurant ofrece un reinterpretación de la comida israelí que bien merece una escapada.
En Salt’n Bone, sus costillas, sus cócteles y sus cervezas artesanales cautivan a cualquiera.
22:00 ¿Y DESPUÉS?
Para la primera copa el sitio es Clärchens Ballhaus, un club en pleno barrio judío donde
la nostalgia y el romanticismo se mezclan con la historia. Fundado en 1913, su salón de baile con orquesta permanece casi intacto. Geist im Glas, con una decoración de estilo victoriano, te ofrecerá una amplia variedad de cócteles. Para los amantes de la cerveza artesana, la carta de Muted Horn es el resultado de una cuidada selección que además cambia según temporada. Das Stue Hotel es el lugar para los que quieran descansar o tomarse la última. El Regent Berlín será una delicia para los amantes del lujo.
*Artículo publicado originariamente en TAPAS nº 42, abril 2019.
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