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Que si chía, que si bayas goji, que si kombucha, que si kale… es una realidad: los superalimentos están en su máximo apogeo. De hecho, de un tiempo a aquí, los también denominados como superfoods se han convertido para muchos en una mina de salud, aunque para otros no supongan más que una nueva tendencia gastronómica y un mero producto de marketing. Sea como fuere, hay uno de ellos que ha conseguido enamorar a Kim Kardashian: se trata del musgo marino o musgo irlandés, un alga roja que abunda especialmente en la costa atlántica europea y norteamericana y que, al parecer, hidrata la piel, fortalece las defensas, evita infecciones, resfriados o gripes y ayuda a perder peso y a combatir las arrugas.
En concreto, la modelo estadounidense lo añade a sus smoothies (ya han pasado dos años desde que dijo en un tuit que «los batidos de musgo marino son muy buenos»), pero sus adeptos aseguran que se puede tomar de muchas formas y que sirve para casi todo. Y de ahí que las búsquedas en redes sociales de esta verdura marina de la familia de las algas no dejen de crecer. Sin embargo, y como en esto de la alimentación las modas se suceden a una velocidad vertiginosa, la pregunta que se nos plantea es la siguiente: ¿estamos hablando de una tendencia healthy más o tiene fundamento?
Musgo marino, ¿una moda healthy o tiene fundamento?
Su nombre científico es Chondrus Crispis, en ocasiones puede llegar a formar hasta céspedes completos sobre superficies rocosas y se puede comer crudo y en suplementos, aunque normalmente se vende en forma de gel, que se elabora remojando la planta seca en agua, mezclándola y dejándola reposar en el refrigerador. Y si está comprobado que contiene ciertos nutrientes, como folato, vitamina K, vitamina B, hierro, yodo, magnesio, zinc y calcio. Por eso la gente lo consume con el objetivo de mejorar su salud, comiéndoselo directamente del frasco o mezclándolo en licuados.
«Los irlandeses tradicionalmente la usaban para espesar sopas, cremas, caldos o salsas. Y como remedio natural para la neumonía, la tuberculosis (nada de esto está estudiado), desnutrición, evitar gripes, resfriados e infecciones. Básicamente pseudo ciencia. En base a sus componentes podemos suponer (repito nada está comprobado científicamente excepto unos estudios en mejillones y gusanos) que ayuda con el tracto gastrointestinal, mejora la anemia, aporta saciedad (pérdida de peso) y podría ser un buen complemento alimenticio», explicó el Dr. Leo Cerrud, experto en Medicina Estética y Nutrición, a la revista Elle en 2020.
Lo que se sabe y lo que se supone
Pero aunque los expertos afirman que los nutrientes del vegetal marino sí pueden aportar ciertos beneficios para la salud, también es probable que la moda sea una exageración, como bien ha afirmado recientemente Melinda Ring, directora ejecutiva del Centro Osher de Salud Integral de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern, al The New York Times.
«El musgo marino, en gel u otras formas, puede ser un medio relativamente bajo en calorías para añadir más nutrientes a la dieta. La planta es rica en antioxidantes, capaces de descomponer los radicales libres que dañan nuestras células. Y el gel de musgo marino contiene grandes cantidades de potasio, un mineral esencial que favorece la contracción muscular y el control de la presión arterial. Como todos los superalimentos que han aparecido y desaparecido, hay algo de verdad en ello, pero no es algo mágico que todo el mundo deba tomar», comenta Ring.
Entonces, ¿es beneficioso o no? Como decíamos líneas arriba, se sabe a ciencia cierta que el musgo marino es rico en mucilagos (una fibra soluble), omega 3, calcio, hierro y potasio, además de en clorofila y proteína. Pero, a falta de datos concluyentes, sus efectos sobre la salud no están del todo claros. Y aunque con la valiosa ayuda de Kim Kardashian ya es tendencia, aún hay que comprobar si ha venido para quedarse.