A la hora de comer, Jorge Belzunce, consejero delegado de Infiniti, apuesta por la carne, la tierra y una materia prima de diez.
Un buen coche no tiene nada en común con un buen trozo de carne. Que no, que no, que por más que se intenten buscar y encontrar paralelismos, la cosa no tiene ni pies ni cabeza. Ahora bien, si la cuestión reside en coger los valores de ambos, ahí sí que la combinación es perfecta. Es por ello que Jorge Belzunce, CEO de Infiniti, siempre escoge el restaurante MEATing (Valenzuela, 7) como su restaurante predilecto para comer en Madrid. Una de las razones es porque este local, que reabrió sus puertas en una nueva ubicación a finales de 2013, proviene de su tierra, San Sebastián, y porque es “donde se come la mejor carne de Madrid que, además, siempre viene acompañada de verduras y productos de la zona”. No solo eso, sino que también vienen bañados de copas de vino de la bodega Castillo de Cuzcurrita, su predilecta. Vicente Lorente, dueño del restaurante, le recibe siempre con una sonrisa en la cara y con un lomo bajo de buey en la carta, plato al que Jorge no se resiste. Es por ello que siempre trae aquí a sus clientes. “Muchas veces intentas sorprenderlos llevándolos a sitios nuevos, pero una vez que los traigo a MEATing ya no quieren ir a ningún otro lugar”.
Será que saben lo que es bueno, como el público que se decanta por Infiniti. “Nuestra marca es la marca que se atreven a comprar solo los que han comparado nuestro producto con el resto del mercado. Lo compran los que ya saben de coches, así que no es ninguna casualidad. No somos grandes y podemos atender a nuestros clientes de una forma mucho más especial de lo que lo hacen nuestros competidores”. ¡Ahí está! Excelente trato, producto de calidad y un cliente conocedor que escoge lo que le gusta, satisface y funciona. Como Jorge cuando vuelve a su restaurante predilecto a por ese trozo de carne que tan feliz le hace. No, si al final sí existían más paralelismos entre lo cárnico y lo automovilístico. Mea culpa.