Partimos para echar el ancla en un enclave mágico, rodeado de mar, naturaleza y modernidad. La historia de Los Baños Sunshine comenzó en 1974, cuando, en un momento de cambio para la ciudad de Dènia, se decidieron a abrir un beach bar con la intención de que, quien lo visitara, encontrara siempre relax y buena gastronomía. Hoy esa esencia se ha mantenido, adaptándose a los tiempos y mirando siempre hacia el mar Mediterráneo. Y eso se merece un brindis de Aperol Spritz.
Su carta es amplia y abarca desde el momento del desayuno hasta el de la cena. Pero, sea la hora que sea, lo que siempre hay es producto de su huerto –o de productores de la zona– y de temporada. Así, el día se puede empezar con una de sus muchas tostadas, el club sándwich, unos huevos revueltos o un desayuno inglés. Luego, gracias a su cocina non-stop es posible tomarse una coca tradicional o de autor, un arroz, una fideuà, un pescado al horno o una carne a la parrilla a media mañana o a media tarde. Sin olvidarse de los postres caseros, la alegría del final que se eleva con la tatín de manzana, el tiramisú, el brownie o la tarta de queso.
Ellos hablan de hedonismo mediterráneo y no se puede definir mejor porque precisamente eso es lo que se siente en Los Baños Sunshine cada atardecer. Un momento mágico, que lo será aún más si se acompaña de un Aperol Spritz bien preparado, durante el que contemplar cómo el cielo se junta con el mar. Ah, y además son pet friendly para que nadie de la familia se pierda el espectáculo.