Con esta receta viajamos a nuestras tardes de verano de la infancia cuando el mejor momento del día era cuando nuestra madre llegaba a casa con los palitos Mikado, los metía en la nevera y nos los daba a la hora de la merienda. Como premio. Y nos hacían los niños más felices del mundo.
Hoy, aunque no seamos tu madre, te hacemos tu mejor regalo: la receta de estos palitos con un capricho extra en la cobertura.
Ingredientes:
- 250g de harina.
- 40g de mantequilla.
- 40g de azúcar.
- 100ml de agua.
- 1 pizca de sal.
- Chocolate para cubrir.
- 150g de almendras.
Preparación:
Ponemos la mantequilla derretida (temperatura ambiente) en un bol, junto al azúcar, y batimos hasta formar una mezcla homogénea. Añadimos harina, batimos, añadimos agua y volvemos a batir. Añadimos el resto de la harina, la sal y amasamos con las manos hasta obtener una masa lisa, que no se pegue, y se pueda manipular bien.
Estiramos la masa sobre una encimera y estiramos en función del largo que queramos que tengan los palitos.
Cortamos porciones y las vamos colocando sobre la bandeja del horno (previamente cubierta con papel antiadherente).
Horneamos a 180 grados y las dejamos unos 10 minutos: lo ideal es que sólo se doren, sin llegar a tostarse.
Cuando estén hechas las dejamos enfriar sobre una rejilla y una vez frías las cubrimos con chocolate negro derretido (al baño María) para inmediatamente después espolvorear sobre el chocolate las almendras machacadas.