Cuando la carne se prepara adecuadamente, está deliciosa.Sin embargo, el sabor de la carne es una de las razones principales por las que muchas personas parecen estar dispuestas a pasar por alto sus muchos inconvenientes y muchos de los problemas que genera para el planeta. Los insectos comestibles, por otro lado, tienen el problema opuesto: durante años, hemos estado escuchando acerca de todos los beneficios globales potenciales de explotar insectos como fuente de proteínas; y, sin embargo, a diferencia de otras partes del mundo, muchos occidentales no están convencidos de que los grillos y otros insectos sean algún tipo de delicia culinaria no descubierta.
Un estudio escrito por investigadores de la Universidad Sueca de Ciencias Agrícolas explica que si la sostenibilidad ambiental es el punto de venta clave para que las personas coman insectos, la industria debería enfocarse en probar y acentuar esos beneficios primero. «A medida que crece la demanda mundial de proteínas, la cría masiva de insectos puede jugar un papel importante en el futuro de los alimentos», dijo en un comunicado Asa Berggren, bióloga conservadora. «Sabemos que no podemos seguir haciendo lo que estamos haciendo en términos de producción de alimentos y de utilización de la tierra”, añadió. Berggren argumenta que es importante para la industria seguir estudiando la cría masiva de insectos en cuanto a costes y los beneficios de su producción. «De lo contrario, corremos el riesgo de reemplazar un problema ambiental por otro”.
Los insectos tienen el potencial de ser una fuente muy grande de proteínas, de servir como un gran alimento, de ser sostenible y útil, pero no es tan simple como criarlos. Primero debemos hacer un gran esfuerzo en investigación con objeto de analizar los posibles problemas que los insectos pueden generar en nuestros ecosistemas, incluso la ética que existe dentro del cultivo masivo de insectos.