Quién iba a sospechar que un juguete para perros acabaría convirtiéndose en un quebradero de cabeza para la marca de whisky estadounidense Jack Daniel’s. Todo comenzó en 2014, cuando enviaron una carta de cese y desestimiento a VIP Products para que retiraran su juguete Bad Spaniels, inspirado claramente en una botella de Jack Daniel’s (en la etiqueta aparece un simpático perro acompañado de las frases ‘The Old No. 2’ y ‘On Your Tennessee Carpet’).
La cuestión es que la Primera Enmienda protege este tipo de bromas, así que tras un fallo favorable a Jack Daniel’s -ya que casi un 30% de los consumidores pensaba que ellos habían creado el juguete- y una posterior apelación de VIP Products, el juez Andrew Hurwitz de la Ninth Circuit Court of Appeals -la Corte de Apelaciones del Noveno Circuito- determinó que el juguete comunicaba “un mensaje humorístico usando juegos de palabras para alterar la frase seria que aparece en una botella de Jack Daniel’s”. El veredicto: no se estaba haciendo un uso engañoso de la marca.
Entonces, desde Jack Daniel’s solicitaron una revisión del fallo de la Ninth Circuit Court of Appeals a la Corte Suprema, que hace tan sólo unos días anunció que accede a llevar el caso. “Sin duda, a todo el mundo le gusta una buena broma. Pero la ‘broma’ motivada por las ganancias de VIP confunde a los consumidores al aprovecharse de la buena voluntad ganada con tanto esfuerzo por Jack Daniel’s”, declaró Lisa Blatt, abogada principal de la marca.
Además, cuentan con el apoyo de The Distilled Spirits Council of the United States -El Consejo de Bebidas Alcohólicas Destiladas de los Estados Unidos-. “La opinión del Noveno Circuito amenaza con socavar nuestro compromiso de que estos productos se anuncien de manera responsable, invitando a los infractores a piratear marcas famosas de bebidas alcohólicas siempre que agreguen un toque humorístico”, sostiene Courtney Armour, directora legal del consejo.
A la espera del veredicto definitivo, los abogados de VIP Products confían en sentar precedente con su caso -defienden que nunca han vendido whisky ni otros productos comestibles-, y el juguete Bad Spaniels no deja de venderse a la velocidad del rayo, agotando una y otra vez sus existencias. La polémica está servida (en una botella).