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Cada botella de whisky japonés se convierte en una obra maestra por toda la cultura e historia que la envuelve, remontada a los inicios del siglo 20. Una de las destilerías que precisamente encumbró esta bebida destilada dejó de existir para siempre en 2001: la japonesa Karuizawa, una leyenda dentro de este universo líquido que sirvió todo un expositor de whiskies como auténticas rarezas.
La destilería situada en la ladera sur del monte Asama, un volcán activo, se evaporó entonces, y todas sus botella se convirtieron en productos de colección muy codiciados. Ahora, sale a la venta uno de sus whiskys exclusivos por 50.000 dólares.
Los amantes o coleccionistas del whisky tienen ahora la oportunidad de hacerse con una edición de 1999-2000 de Karuizawa. El whisky de malta Karuizawa, que se presenta en una botella personalizada adornada con pan de oro de 24 quilates, celebra el código de los samuráis y la historia marcial de Japón representando el valor, el honor y la disciplina.
Esta botella creativa de la serie limitada Karuizawa Acclaim, que fue diseñada por el artista David Stanley Hewett, ya está a la venta en Dekanta por 50.000 dólares.
