Tener bien a punto las defensas y un sistema inmunológico robusto en los tiempos que corren se ha convertido en una prioridad. Por eso y para estar preparados, el consumo de alimentos ricos en zinc, hierro y vitaminas ayudan a estimular nuestras defensas y contribuyen al normal funcionamiento del sistema inmunológico.
Entre los alimentos que nos pueden aportar estas propiedades se encuentra el jamón ibérico, pilar de la dieta mediterránea y alimento estrella de nuestra cultura gastronómica. El jamón ibérico se trata de un alimento rico en proteínas, minerales como el hierro, fósforo y zinc y vitaminas del grupo B, por lo que, con más razón en tiempos de pandemia, se ha convertido en un alimento de los más interesante desde el punto de vista nutricional.
Este alimento se ha convertido en uno de los más recomendables ya que proporciona hierro hemo, que se absorbe fácilmente, y zinc de elevada biodisponibilidad. El zinc contribuye al normal funcionamiento del sistema inmunitario así como también favorece la regeneración celular y las conexiones neuronales ayudando a que el cerebro funcione mejor. Además, el jamón ibérico contiene también fósforo, mineral fundamental para los huesos.
Además de los yogures, los embutidos ibéricos son los únicos alimentos que contienen flora láctica activa, que ayuda a aumentar la capacidad de defensa de nuestro organismo, haciendo que la flora láctica se renueve naturalmente. Por ello, muchos médicos recomiendan tomar una pequeña cantidad de embutidos ibéricos después de un tratamiento con antibióticos por vía oral.
Con los innumerables beneficios que tiene para la salud y el sabor más característico de nuestra tierra, el jamón ibérico se ha convertido en un imprescindible en nuestras cocinas.