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Existen infinidad de recursos químicos con los que paliar la resaca, pero nosotros hemos venido a hablar aquí de un antídoto natural con el que ayudar a mitigar sus efectos del día siguiente; porque más vale prevenir que curar.
Según un estudio realizado recientemente en Seúl, los probióticos presentes en el queso podrían ayudar a reducir los efectos nocivos de la bebida. Y todo ello tiene que ver con lo que ocurre en el hígado, que intenta a toda velocidad descomponer el alcohol. Sin embargo, existe un subproducto llamado acetaldehído que puede acumularse y causar los síntomas de la resaca.
A pesar de que el acetaldehído pueda diluirse con bacterianas probióticas como Bifidobacterium, hasta ahora no se había puesto el foco en cómo los alimentos como el queso podrían ayudar a hacerlo. El estudio se llevó a cabo con el queso probiótico con dos bacterias específicas: Lactococcus lactis LB1022 y Lactiplantibacillus plantarum LB1418.
Los investigadores descubrieron que los probióticos de quesos como el de cabra o el cheddar rallado -especialemnte ricos en estos hongos- ayudaban a acelerar el metabolismo del alcohol al potenciar enzimas hepáticas clave (alcohol deshidrogenasa y aldehído deshidrogenasa). También que activaba vías importantes que reducen la acumulación de grasa en el hígado y la inflamación, que puede producirse cuando se bebe demasiado.
