La espera en el chiringuito de turno puede hacerse larga a la par que placentera mientras tu tinto de verano baja y su felicidad aumenta progresivamente. Te has quitado las chanclas y tienes arena hasta en las orejas. El mar huela a mar y el pescaito a pescaito. ¿Qué mejor que ponerse buena música y mover el pie a ritmo de playa para esperar? Ah, y patatas fritas.
¡A disfrutar comilones!