Se dice que uno no valora lo que tiene hasta que lo pierde. Este sentimiento lo hemos experimentado muchos cuando al cambiar de casa observamos que, ¡no hay horno! Vivir sin él es posible, pero hay una receta que suele echarse más en falta que otra, la pizza. Si te ves reflejado en estas palabras, tranquilo porque, otra fórmula de cocción es posible. Y no, no hablamos del microondas, se trata de la sartén.
Saber cómo elaborar una pizza sin horno usando la sartén es una fórmula fantástica. Este método de cocción resulta muy práctico y no sólo para aquellos que no tienen horno en casa, sino también para quienes les da pereza esperar a que se caliente este electrodoméstico.
Lo primero que necesitamos es, obviamente, la sartén y, como acompañante, una tapa que preferiblemente sea transparente para poder observar cómo va la cocción. Se trata de no dejar escapar el calor y crear la atmósfera de un mini horno.
Ponemos a calentar a fuego lento una sartén de buen tamaño con la tapa puesta (3-4 minutos). Mientras va adquiriendo temperatura aprovechamos ese momento para estirar la masa casera de pizza. La amasamos hasta que alcance el tamaño de la sartén. Cuando esta logre estar caliente, depositamos la masa, la tapamos y bajamos el fuego para dejarla alrededor de unos 8 minutos hasta que veamos que aumenta el volumen de la masa y que va tomando color en la parte de abajo.
Durante este proceso, empleamos ese tiempo en cocinar nuestra salsa. Normalmente la base de esta receta italiana es el tomate. Si elegimos esa salsa, durante el tiempo que se dora nuestra pizza calentamos el tomate.
Cuando la masa adquiera color en la otra parte, le damos la vuelta, extendemos la salsa ya caliente y ponemos el resto de ingredientes (queso, jamón, atún…) que queremos añadir a nuestra pizza. Volvemos a tapar de nuevo la sartén (5-8 minutos) hasta que el queso esté fundido y esperamos a que se dore la base a nuestro gusto.
Cuando esté lista, condimentamos y, ¡a disfrutar de nuestra pizza a la sartén!