Los viñedos de PINEA producen una cantidad muy limitada de uva, pero es que, además, de cada añada sólo se selecciona lo mejor de lo mejor, por eso se hace un número de botellas muy acotado. Selección natural de un terruño único, que el equipo continúa en bodega.
Imaginemos las viñas de Tempranillo sobre las tierras más altas de La Meseta, castigadas en invierno por vientos helados y por el sol inclemente en verano. A 900 metros de altitud y sin nada que las proteja, las cepas deben adaptarse y hacer de los elementos sus aliados, y de su entorno, su cómplice. Un terruño así no entiende de prisas; la naturaleza impone su propio ritmo, da lo que da y cuando debe darlo, al margen de las aspiraciones de los coleccionistas de los mejores vinos del mundo.
Un pedazo de México en la Ribera del Duero
Así lo entienden los propietarios de PINEA, Vicente Pliego y Hugo del Pozzo, dos mexicanos que cayeron bajo el hechizo de la Ribera del Duero y, después de valorar el potencial de la zona, fundaron PINEA en 2017. Bajo un enorme árbol, soñaron sus propios vinos de la Tempranillo de esta región fascinante; durante largos paseos en sus campos, Vicente y Hugo intrigaron para elaborar los vinos de PINEA, nombre que toma de un imponente Pinus Pinea, uno de los árboles más grandes y antiguos de la región.
No puede haber voluntad más férrea para llevar a buen término este ambicioso proyecto, que la que conceden una variedad de uva y un terruño especiales, la materia prima idónea que los dos emprendedores respetan al máximo porque saben que su sueño depende de ella.
Por esa misma razón, los vinos de PINEA son francos, sinceros, lo mejor del puro viñedo llevado a muy pocas botellas que se agotan rápido. Sus limitadas producciones llegan a países como Estados Unidos, Reino Unido o Suiza, por lo que es imprescindible estar atento a los lanzamientos de sus nuevas añadas y asegurar tu pedido antes de quedarte sin botellas de los tres vinos que elaboran:
Y dentro de su gama, nosotros nos quedamos con PINEA (PVP 150€, de 10.000 a 15.000 botellas producidas para todo el mundo), un vino 100% Tempranillo de elaboración artesanal, a partir de cepas viejas situadas en terrenos a más de 900m compuestos por suelos franco-arcillosos. En todo momento de la elaboración se busca la complejidad de las maderas, sin que la fruta pierda su papel protagonista.