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Paris Starn (@paris.starn) ha configurado en Instagram un archivo infinito de composiciones fotográficas en las que enmarca de manera armónica planos estéticos y creaciones gastronómicas en forma de pasteles u otras elaboraciones saladas.
La artista pastelera, chef y creadora culinaria, afincada en Nueva York, inmortaliza así con su cámara todo ese universo en el que juega y experimenta con esa comida que dura un instante fugaz en el plato y perdura para siempre en la red.
“Me llamo Paris y paso demasiado tiempo cocinando y horneando. Soy obsesiva, y las recetas que elaboro proceden de numerosas rondas de pruebas y escrutinio. En mis vídeos destaco la técnica que he adquirido estudiando la ciencia que hay detrás de los ingredientes y las mejores prácticas para su preparación.” Así autodefine su trabajo Starn a través del que conecta con los espectadores por toda una combinación de factores como sus expertos emplatados, sus vajillas esculturales, así como por su destreza con una repostería que baila entre la belleza y la decadencia.
UNA OBRA DE DISEÑO
En sus creaciones podemos ver como impregna su estilo único a través de merengues en forma de lazos o frutas deconstruidas con las que ha conseguido cautivar a infinidad de marcas contemporáneas como Acne Studios. Todo un imaginario en el que decora desde tartas oblongas con intrincados dobladillos hasta bolas de pan trenzado con higos fileteados que evocan las seductoras composiciones de los bodegones barrocos.
Combinando ese aprecio por las tradiciones visuales y culinarias, la artista y directora creativa que asimismo fundó su marca de moda homónima Paris 99, inspirada en los delantales de cocina de su bisabuela, ha llamado la atención global de la hostelería, el arte y la moda a partes iguales. Un estado elevado que ha conseguido durante los últimos años, y que germinó con una base creativa y pastelera que adquirió junto al galardonado pastelero Richard Leach en sus primeros años antes de desarrollar su propia identidad consistente en modernizar platos y postres tradicionales mediante técnicas innovadoras y estéticas retro.
Centrada principalmente en la repostería, y en una cocina que pone el foco en la estacionalidad y los productos locales, la obra de Starn abarca así platos dulces y salados que captura en un estilo realista y evasivo a la vez con el que consigue transportarnos por diferentes épocas filtradas a través de la contemporaneidad.
