La cocina mexicana es una de las tres más importantes del mundo junto con la francesa y la china. De estas tres cocinas salen todas las demás. Son las tres cocinas primarias, como los colores. La cocina mexicana es la metáfora de la felicidad. Hay que estar muy triste y tener una vida muy desgraciada para no ser feliz con una margarita y unos tacos. La cocina mexicana es siempre celebrativa, conversativa, y del modo en que lo son las personas favorables a los intereses de la Humanidad. En Barcelona hay un chef importantísimo para la cocina mexicana que es Paco Méndez. Su restaurante Come, de gran nivel gastronómico, eleva la cocina mexicana a una insólita sensibilidad creativa que sólo podría tener un discípulo de Ferran Adrià. Es cierto que Paco Méndez era un grandísimo cocinero antes de conocer a Ferran y Albert pero desde luego a su lado ha estilizado todavía más su arte y hoy Come no es solo el mejor restaurante de alta cocina mexicana de España sino que probablemente en el mundo no haya ninguno superior a él en este registro minimalista y creativo. Además Paco Méndez tiene Tacos Méndez, una magnífica taquería donde antes estuvo la Bodega 1900, también de los Adrià, en la calle Tamarit con Entenza. Son tacos de gran estilo e interés, con la Abuela Flor y el Triple Pork a la cabeza. Corona el local una versión frozen de la margarita, como si fuera un granizado. Excelente refrigeración pero los días que yo no estoy, si alguien a pesar de todo tiene calor, puede pedir mi ventilador, porque es cierto que a pesar del buen aire acondicionado de la casa, a veces hace tanto calor fuera que el simple aire frío no es suficiente en su quietud y se requiere para soliviantarlo algo de agit-prop.
En línea recta, literalmente recta, y cruzada la plaza España, a ocho minutos en coche y 23 dando un paseo, está otro mexicano de gran importancia, Las Tres Mentiras. Es un restaurante que pone de buen humor a las personas de buena voluntad. Las margaritas son clásicas, el servicio es eficaz, amable, comprensivo y sin grotescos rebotes como a veces pasa con algunas chicas de los restaurantes de Paco Méndez y que acaban alejando a los clientes. La comida es sabrosa, sexy, apetecible y está preparada en el punto exacto, festivo como lo es todo en México para nosotros. El guacamole con chicharrones de rib eye, el aguachile de ternera, el taco sudadero y el choriqueso disparan la noche hacia la alegría y la conversación razonadora. Es importante beber margaritas, muchas margaritas. La margarita tiene una condición longitudinal. Una está buena pero a medida que vas tomando van estando más buenas todavía y el efecto en el cuerpo es mucho más interesante que el que produce el whisky o el gintónic. Más introspectivo, se dicen más verdades y mejor dichas y son una invitación a tu interlocutor y no una confidencia excesiva que le hace sentir incómodo. El aire acondicionado de las Tres Mentiras es francamente mejorable y los que sufrimos cuando tenemos calor tenemos que reservar en las mesas del interior del local, las que están más cerca del baño, porque allí por lo menos la refrigeración es suficiente para que la noche sea practicable. Es absurdo pretender que podemos comer y beber teniendo calor. Yo sé que algunas mujeres siempre tienen frío, pero estas mujeres han de ir preparadas como personas civilizadas a los restaurantes del verano y llevar su chaquetita o su pañuelo para hacer frente a la incomodidad que pueda producirles esa victoria imprescindible del hombre libre que es el aire acondicionado.
Queremos a México en nuestras vidas. Lo queremos en nuestro día a día. Su gastronomía, su música, sus colores. Queremos tacos, margaritas, mariachis. Queremos azul purísima, rosa y amarillo.
Las Tres Mentiras abre cada día a las 19:30. Sábados y domingos también ofrece almuerzos a partir de las 13:30.
Tacos Méndez abre a las 19:00 de miércoles a sábado. Los domingos a las 13:00. Viernes y sábados ofrece almuerzos a las 13:00 y los domingos está cerrado para cenar.
Come abre de viernes a lunes, mediodía a partir de las 13:00 y la cena a partir de las 20:00.
En todos hay que reservar.
Instrucciones de uso.
Las Tres Mentiras
Hay que pedir las margaritas y el rib eye antes de sentarse a la mesa. Hay que ser rápido en el saque, porque sino la espera entre que llegas y te traen algo se hace larga.
Para pedir la cena tampoco hace falta que lo pienses tanto. Lee la carta también rápido, ten ideas espontáneas y evita dar la sensación de ser un cateto de Masquefa que sale por vez primera del pueblo y hace preguntas absurdas a los camareros.
De todos modos, para que no tengas que tomar grandes decisiones, antes de sentarte pide las dos margaritas y el rib eye y una vez sentado y sin dejar que se vaya el camarero ordena de carretilla el aguachile de ternera, el choriqueso, el taco sudadero. Ten en cuenta que la ración de taco sudadero es de cuatro, dos por persona son más que suficientes. Puedes creer que es poco, pero no es poco. Si te quedas con hambre, pide el cordero, pero si sois 4. Para 2 puede resultar excesivo y más si una es mujer, y en el fondo todos sabemos que no hace falta comer tanto.
El taco de atún para finalizar -“algo suavecito, porque tenemos un poco de hambre pero no demasiada”- es un error. Después de todo tan intenso, no sabe a nada.
Tomar postre es una bandera blanca de rendición. Aquí y en todas partes.
Las margaritas son de una gran calidad pero si no gustan, el cóctel Penélope Duarte, especificando que lo quieres con mezcal y no con tequila, es una buena alternativa.
Para las niñas es encantador el cóctel sin alcohol Mary no te vayas.
Come
Pide todo lo pequeño y evita rendirte al final con una pieza grande para hacer tacos. Son piezas buenas, tanto la langosta como las carnes, pero tribalizan la experiencia y vuelven local lo que es universal. Un mordisco, máximo dos, como los toques en el fútbol de Cruyff. El arte de Paco se detecta en su creatividad, no en su folklore.
Pide todo lo pequeño y las margaritas de Cala Montjoi. Puedes elegir un vino pero yo creo que comer con margaritas es mejor.
La naranja helada es un plato tan genial que me niego a llamarlo postre. Hay que pedir mil. No siempre hay.
Es importante también pedir al camarero que no explique los platos. No hay que ser Salvador Sostres para entender lo que te sirven, y si necesitas alguna explicación, la preguntas y ya, porque lo que resulta a todas luces insoportable son las monumentales chapas sobre el origen de cada ingrediente, que además no puede importarnos menos.
Tacos Méndez
Pide también las margaritas antes de sentarte.
El taco de lengua es imprescindible que sea el primero. No es imprescindible tomarlo, pero si lo tomas, que sea el primero.
El guacamole es insulso y el queso fundido todavía más: son platos que siempre apetecen pero que incomprensiblemente tratándose de Paco no tienen aquí ningún interés ni entidad. El pollo con mole tampoco está logrado, la cochinita pibil naufraga en su salsa anodina.
Gorka es el nombre de nuestro camarero, muy aficionado al tenis, es de conversación y trato muy agradables y una persona estable. Xavi es el chef encargado, cualquier duda la podéis resolver con él.
La ruta de tacos es lengua, campechano, abuela flor, pastor y triple pork. Pedir que el orden sea exactamente éste. Antes de ordenar, preguntad a Xavi si del campechano la carne es de hoy. Si no lo es el taco decae mucho y no es aconsejable. Lo ideal es entonces sustituirlo por las enchiladas suizas, aunque siempre podemos repetir de triple prok (recordad siempre que el triple pork es uno para 2).
El helado con caramelo por encima es de interés moderado tirando a bajo. Vale más mandar un Glovo a Gelato Collection y pedir los helados de almendra macrona fresca y el de rosa y lichi, Hay que hacerlo no más tarde de las 21:00. Al ser un restaurante en asociación con Albert, no es una intromisión ni algo descarado. Los helados se piden en paquetes de dos terrinas. Es un detalle que cuando pidas tu paquete, pidas otro y se lo des a Gorka para que lo comparta con sus compañeros.
Es fundamental llegar a las 19:00 y no tener que esperar para comer y poder alargar la sobremesa.
El servicio te despacha con pocos miramientos a la hora del cierre.