Fuerte y delicioso, seductor y poderoso, así es uno de los cócteles más clásicos que existen. Tres partes iguales de ginebra, vermut, Campari y una rodaja de naranja como decoración son los sencillos ingredientes que se necesitan para elaborarlo, por lo que es una bebida hecha y derecha para poder replicarla en casa cuando “el mono” ataque.
Los orígenes del Negroni son bastante misteriosos, pero se dice que lo inventó el conde de Corsica en Italia a principios del S. XX. He allí el origen de su nombre. Aquí el twist lo lleva la historia porque en realidad el negroni es una variación de otro clásico de la coctelería_ el Americano –una parte de vermut, una de Campari y un toque de soda, decorado con una rodaja de naranja-. Cuenta la leyenda que una noche en la que el Conde Negroni estaba bebiendo un perfecto Americano, pidió a su camarero que “animara” un poco el asunto echándole un chorrito de ginebra a su cóctel… y así, de repente, se hizo historia.