“Si me hubieras preguntado hace cinco años, nunca hubiera dicho que Nueva York es la mejor ciudad cervecera del mundo”, explica Jarnit-Bjergso, especialista en cervezas. “El principal hecho la que Nueva York se estaba quedando atrás es que era demasiado caro tener una cervecería aquí”. La razón de este auge cervecero es que en 2014 la Ley de Artesanía cambió, haciendo que la apertura de cervecerías fuera más sencilla hasta el punto de que en los últimos cinco años se han emitido 200 nuevas licencias de apertura. Algo que ha ayudado a que las cervecerías neoyorquinas crecieran el doble en todo el Estado.
Ahora no sólo hay más opciones de locales en los que degustar cerveza sino que los cerveceros de otros estados y países han comenzado a abrirse hacia este mercado. Después de este cambio, la ciudad de Nueva York ha entrado a formar parte del mapa cervecero del mundo.