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Nestlé obtuvo un beneficio neto atribuido de 11.775 millones de euros en 2023, lo que supone el crecimiento de un 20,9% debido a factores como la disminución de los impuestos declarados y el incremento de ingresos de asociadas.
Sin embargo, todo ello supone un declive económico del 1,5% respecto a 2022, a pesar de que las ventas orgánicas hayan crecido un 7,2%. Según expresa la multinacional, esa fluctuación se debe a la reducción de las ventas en un 7,8% por el cambio de divisas; con una desinversión neta paralela incidiendo con un impacto negativo del 0,9%. Por su parte, los precios han crecido un 7,5% durante el último ejercicio.
Si ponemos el foco en las variaciones por zonas geográficas, las ventas en Norteamérica han caído un 1,3%, quedándose en 25.995 millones de francos suizos (27.274 millones de euros), mientras que en Europa lo ha hecho un 0,2%, hasta los 19.098 millones de francos (20.037 millones de euros).
En Asia, Oceanía y África subsahariana las ventas han bajado un 5,2%, totalizando 17.519 millones de francos suizos (18.381 millones de euros). En Latinoamérica, sin embargo, han crecido un 3,2% hasta los 12.196 millones de francos suizos (12.796 millones de euros). Por último, en la zona Gran China han sumado 5.037 millones de francos (5.285 millones de euros), un 5,9% menos.
El futuro de Nestlé
De cara al ejercicio 2024, la compañía espera un crecimiento orgánico de las ventas cercano al 4%, así como que las ganancias subyacentes por acción en moneda constante aumenten entre un 6% y un 10% en base a la innovación y la renovación de sus productos.
De igual modo, la firma de alimentación confirma los objetivos a medio plazo para 2025: un crecimiento orgánico de las ventas de un solo dígito medio y un margen de beneficio operativo comercial subyacente del 17,5% al 18,5% para ese año.