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Rui Nabeiro falleció el pasado domingo en un hospital de Lisboa, donde había sido ingresado por problemas respiratorios. A sus 91 años, era considerado uno de los empresarios portugueses más carismáticos. Fundador del Grupo Nabeiro-Delta Cafés, en su juventud se dedicó al contrabando de productos en la zona de la Raya, sobrenombre con el que se conoce a la frontera terrestre entre España y Portugal. Ese fue el origen de lo que después se convertiría en un todo imperio de café.
Nabeiro nació en 1931 en Campo Maior (Portalegre, Alentejo), muy cerca de la frontera española. Fundó Delta Cafés con sólo 30 años y acabó convirtiéndose en uno de los empresarios más ricos de su país. Siempre tuvo un gran vínculo con Extremadura. De hecho, en 2011 recibió la medalla de Extremadura, además de otros reconocimientos. De hecho, el alcalde de Badajoz, Ignacio Gragera, propondrá al pleno del ayuntamiento nombra a Nabeiro Hijo Adoptivo a título póstumo.
Su fallecimiento ha causado conmoción dentro del mundo empresarial portugués, al tratarse de un personaje muy querido. De hecho, en el perfil de Instagram de su empresa se despedían definiéndole como una persona «inspiradora que hizo de su vida y su pasión por el café un ejemplo para todos los portugueses. Único en sus cualidades humanas y en sus valores, nos deja un legado de generosidad, empatía y cercanía.