Brand Voice

Mucho más que pisco sour

Con una Denominación de Origen que data del año 1931, el pisco chileno es una bebida con historia que sirve para preparar todo tipo de cócteles.

Con la llegada de los españoles a Chile llegaron también productos como la carne salada, las legumbres, el arroz y los viñedos. Lo que tuvo de particular la vid española es que se adaptó maravillosamente bien al suelo y a las condiciones climatológicas del país y por esta razón la industria vitivinícola comenzó a florecer rápidamente.

La uva es, precisamente, el ingrediente principal del pisco, para cuya elaboración en Chile se utilizan las siguientes variedades: moscatel de Alejandría, moscatel rosada, torontel, moscatel de Austria y Pedro Jiménez (diferente a la Pedro Ximénez española). El valle del Elqui, a 470 kilómetros al norte de Santiago, es la zona en la que se lleva a cabo la mayor parte de la producción. Aquí se concentra el mayor número de viñas, que luego se van extendiendo por los valles de Copiapó, Huasco, Limarí y Choapa.

Pero ¿cómo nació realmente el pisco? Fue por la búsqueda de una forma de preservación del vino, ya que, debido a las complicaciones en el traslado, se deterioraba muy rápidamente. Así que los productores decidieron extraer el alcohol sirviéndose de un alambique de cobre para que aguantara durante más tiempo. Después, el aguardiente se envasaba en unos cántaros de greda cocida llamados “piscos”, de ahí el nombre de la bebida. Hoy en día la elaboración de este destilado se ciñe a unos estándares de calidad muy estrictos marcados por la normativa de la Denominación de Origen, la más antigua de toda América y la segunda a nivel mundial para un vino o destilado.

Cinco formas de disfrutar del pisco chileno

El pisco es un ingrediente imprescindible en coctelería, ya que aporta cuerpo y delicados aromas a la bebida. Las dos recetas más conocidas en nuestro país son el pisco sour, hecho con limón, azúcar, clara de huevo y angostura; o la piscola, mezclado con Coca Cola. Pero hay otros cócteles menos habituales que tienen también su club de fans. El primero es el Granada Sour para el que son necesarios pisco, azúcar, hielo y zumo de granada en las mismas medidas que para preparar un pisco sour. Refrescante y afrutado, es el trago ideal para acompañar un atardecer estival.

Para los amantes del dulce está “Doña Primavera en estación”, hecho a partir de zumo de naranja macerado con menta, Aperol, zumo de maracuyá, un poco de pimienta y pisco. Un aperitivo sorprendente y muy vanguardista con una base ancestral. Y no nos olvidamos de aquellos a los que les gusta dejar el cóctel para el final a modo postre. Para ellos nada como la Cola de Mono, típico de la época navideña, cremoso y especiado. En este caso, en lugar de pisco tendríamos aguardiente, además de leche, que se infusiona con clavo, café, cáscara de naranja, nuez moscada, azúcar y canela. Será la estrella de las sobremesas del invierno.