Se le ha llamado Mongee y es el primer plátano con cáscara comestible. Esta creación, que nació como un ‘hobby’, ha sido desarrollada por la compañía japonesa D&T Farm quienes aseguran en su página web que la cáscara es una excelente fuente de vitamina B6, magnesio y triptófano, precursor de la serotonina. Esta fruta, completamente comestible, es cultivada gracias a un proceso de congelación y descogelación favoreciendo el desarrollo de una piel más delgada que la habitual sin nada de sabor y con una textura, según afirman, muy similar al de la lechuga. Por el momento estos plátanos sólo se venden en Japón en determinados supermercados pero se prevé que lleguen pronto a todo el mundo.