Opinión Andrés Rodríguez

Mi primera vez

No, no escribo sobre el primer beso, ni sobre el primer orgasmo. Escribo sobre mi primera vez en un restaurante gastronómico. Fue en Akelarre, acompañado de dos amigos, que aún lo son hoy. Habíamos pasado la noche viendo los mejores anuncios del año en San Sebastián, ciudad que
amo y a la que a veces llamo Donosti y otras, como al santo asaeteado. Akelarre era inaccesible para un barbilampiño como yo. Y no me refiero a su precio, que también, sino al concepto. Para mí, entonces, las tres estrellas eran Orión, Casiopea y la Osa Mayor.

Recuerdo el festín con cariño, tengo una emoción sensual en mi memoria. Yo no era editor, sí periodista. Nunca escribí sobre esto, ni me pude imaginar que tres décadas después editaría y dirigiría una revista como esta, que ha ayudado a cambiar la visión de la gastronomía en el
mundo, y por la que hemos ganado el Premio Nacional en 2016. Cómo imaginar que sería aceptado en la Academia de Gastronomía de Ibiza y Formentera y que me dedicaría a
explicar cómo somos a partir de lo que comemos y bebemos.

Aquel cocinero que encendió la mecha de las esencias se llama Pedro Subijana, y con él he podido hablar mucho, frente al mar, de política, de personas, de equipos, de retos, de sueños, de los años del miedo a ETA, de otros compañeros… y siempre, siempre, le he visto con luz en la mirada. Por eso y por mis recuerdos, es este año el Chef of the Year de Tapas, aunque podría haberlo sido el año pasado y el que viene. A Pedro le quiere todo el mundo, yo también. Es un tipo con dos cojones y par de bigotes. Enhorabuena, amigo.