Hasta ahora todo dependía del número de comensales, comer solo significaba barra, mientras que, por el contrario, la mesa era sinónimo de comida colectiva. A día de hoy, esto ha cambiado.
El trabajo de los cocineros es un espectáculo, siempre lo ha sido, pero ahora en tu cuenta también pagarás por verles.
Así es, cada vez hay más restaurantes que están ofreciendo la modalidad de la barra de cocina, es decir, hacer de la cocina un espacio abierto, para compartir. Con esto quieren darle al cliente una experiencia nueva, ver como se hace su comida en primera línea. En definitiva, poder seguir el proceso. Eso significa que, además de ver el show culinario, queda abierta la posibilidad de pedir –y recibir- información adicional sobre los platos, consejos y recomendaciones directas del chef.
La informalidad controla esta experiencia, y cada vez son más los restaurantes que apuestan por cambiar el rol de las barras: ya no son lugares de aperitivos y tentempiés sino que son las nuevas mesas para los más atrevidos.
Se puede hacer en solitario, en pareja, con amigos e incluso con familia. No hay excusas, ¿te atreves a ver cómo elaboran los platos que te vas a comer?