Ostentar el honor de ser la primera bodega de Rioja no es ninguna tontería. Numerosos premios y los muchos éxitos cosechados han permitido que esa bodega, Marqués de Murrieta, haya celebrado en este 2017 sus 165 años de historia con una salud de hierro y una reputación intachable.
El origen de Marqués de Murrieta puede rastrearse hasta mediados del siglo XIX, cuando Luciano de Murrieta, un emprendedor considerado un verdadero adelantado a su tiempo, decidió levantar en su Finca Ygay el emblemático Castillo de Ygay, convertido en la sede de las bodegas Marqués de Murrieta. Fue en ese lugar donde Luciano instauró el concepto de château francés, aplicando las técnicas bordelesas de elaboración y crianza, comenzando así, en 1852, el mito de los primeros vinos de Rioja.
Situada al sur de la Rioja Alta, la Finca Ygay envuelve a la bodega con sus 300 hectáreas de viñedo, lo que permite el control absoluto de su bien más preciado: sus cinco variedades de uva. Gracias a ellas, ha logrado esta casa una renovación total que la ha vuelto a encumbrar como una de las mejores bodegas del mundo.
En las obras acometidas se ha respetado absolutamente la estructura y el aspecto de la bodega inicial, pero apostando por un proyecto muy actual e innovador.