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Luciano Sandrone ha fallecido a los 76 años después de una larga lucha contra el cáncer. El viticultor italiano fue uno de los abanderados del movimiento para elevar la calidad del vino de Barolo desde hace cuatro décadas. Aunque se introdujo en el mundo del vino a finales de los años setenta, no fue hasta 1985 cuando alcanzó cierta notoriedad con su vino Cannubi Boschis.
Con los años sumó el Barolo Le Vigne, un ensamblaje de varios viñedos. Y a partir de la cosecha 2013, el Barolo Talin, proveniente de un clon especial de Nebbiolo. Desde esta fecha Sandrone también rebautizó su Cannubi Boschis Aleste (con un juego de palabras que hace referencia a los nombres de los nietos, Alessia y Stefano). Ellos, junto a su hija Bárbara y su hermano Luca Sandrone serán los encargados de continuar el negocio familiar.
Sandrone fue considerado uno de los ‘Barolo Boys’, jóvenes productores de Barolo que plantearon nuevas ideas y aprendieron de otras regiones vitivinícolas. Sus vinos se caracterizan por una especial sedosidad y finura. Después de la fermentación tradicional del macerado, los vinos maduran en tonneaux, barricas de roble de 500 litros. Él se describió a sí mismo como un «tradicionalista de mente abierta». Ahora quedará para siempre el legado que ha dejado en el mundo de los vinos.
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