Los amantes del vino encuentran en Chile un destino ideal, porque, a lo largo de todo el país, se suceden numerosos valles referentes en la producción de esta bebida milenaria. Fueron los españoles quienes llevaron hasta Chile las cepas de la viña y, en la práctica, descubrieron que las condiciones del suelo y del clima eran idóneas para que crecieran sanas y fuertes. Así, en todo el territorio se pueden encontrar plantaciones de Cabernet Sauvignon, Merlot, Cabernet Franc, Syrah, Carménère, Petit Verdot, Malbec, Carignan, Tintórera, Semillón, Sauvignon Blanc, Pinot Noir y Chardonnay.
Como resulta evidente teniendo en cuenta la extensión del país (4.270 km de norte a sur), las cualidades del vino y la vendimia varían entre una zona y otra. Por lo que, para conocerlo todo del mapa vitícola de Chile, vamos a ir valle por valle y ruta por ruta. Lo que se asegura en todas es un acercamiento profundo al corazón vitivinícola del fin del mundo, pero también una conexión con los atractivos locales y las costumbres de los valles chilenos.
Valle del Elqui y Valle del Limarí
En la frontera norte se encuentra este valle de la Región de Coquimbo, a 500 kilómetros de Santiago. Se trata de una zona clave para el turismo astronómico, pero también para el cultivo de la Cabernet Sauvignon y la producción de pisco, del que te hablábamos aquí.
Cosas que puedes hacer:
· Visitar Viña Falernia y Cavas del Valle para conocer el proceso de elaboración, degustar sus vinos y comer en su restaurante.
· Viajar al Valle de Limarí plagado de cepas blancas y tintos frescos. También puedes acercarte al mítico Valle del Encanto y conocer los vestigios de los pueblos precolombinos.
· Recorrer Viña Agua Tierra, Tamaya y Tabalí, que ofrece una visita guiada que termina con degustación de vinos y quesos. La primera incluye música, gastronomía local y fiesta y la segunda ofrece una visita al cementerio rural que está dentro de su bodega.
· Completar la visita con una parada en el Parque Nacional de Fray Jorge, las Termas de Socos y los embalses de La Paloma, Recoleta y Cogotí, todos en la Región de Coquimbo.
Valle de Aconcagua
Su ubicación es ideal, ya que está a medio camino entre Santiago y Valparaíso. En este valle se encuentra una de las bodegas más reconocidas del mundo: Viña Errázuriz. Por ella se puede dar un paseo, ver sus bodegas centenarias y degustar sus vinos. Muy cerca está Van Siebenthal que destaca por su avanzada tecnología y uvas tintas. En el Aconcagua también se pueden conocer los petroglifos precolombinos de la viña San Esteban o el centro de esquí Portillo. Y los amantes del deporte al aire libre pueden practicar trekking y kayak en la laguna del Inca.
Valle de Casablanca
Avanzamos y llegamos a una de las rutas de vino más destacadas de Chile con una decena de bodegas dedicadas a ello. Por supuesto, aquí hay mucho vino y cata, pero también hay paseos en coche de caballos y almuerzos en restaurantes (en Santa Rita, Concha y Toro, Santa Emiliana, Santa Carolina y Morandé), o incluso un acompañamiento culinario diseñado por un chef en House of Morandé. Se puede hacer una degustación de vinos orgánicos en Viña Emiliana y conocer la tradición chilena con huasos y equinos en la Viña Puro Caballo.
Valle de San Antonio
Este es el lugar de los vinos finos blancos, pero también de los tintos de calidad y sabor. Además, el Valle de San Antonio es una de las regiones vinícolas más nuevas de Chile. Todo esto se puede descubrir desde las viñas Casa Marín, Garcés Silva, Leyda y Matetic, enfocados en la producción de vinos premium.
Valle de Rapel: Colchagua y Cachapoal
Se trata de uno de los valles con mayor prestigio del país, que cuenta con infinidad de rutas diferentes. Dentro de él se encuentran dos destacados valles Colchagua y Cachapoal. El primero fue elegido por la guía Lonely Planet como uno de los mejores lugares del mundo para pasar una luna de miel, por sus paisajes de ensueño y amplia oferta hotelera y gastronómica. Por ella se pueden hacer, por tanto, las mejores rutas de vino en Chile, además de trekking, recorridos en bicicleta y muestras culinarias.
Aquí además encuentra su origen la cepa carmenere, cuya producción tiñe de rojo las hojas de las parras. Su uva se caracteriza por desarrollar notas de eneldo, canela, fruta negra y aroma a especias y chocolate. Tiene una historia digna de ser contada que comienza a principios del siglo XIX en Burdeos, de donde desapareció por la plaga de la filoxera. Tuvo que llegar el año 1994 para que el francés Jean-Michel Bourquisot advirtiera que algunas vides de merlot estaban tardando demasiado en madurar y que el motivo era que en realidad se trataba de cepas de carmenere que habían traído los europeos y que se encontraban ocultas.
En Colchagua se puede coger también el tren Sabores del Valle, recorrer el museo de Colchagua e imprescindible parar en la Viña Santa Cruz que cuenta con un teleférico que sube hasta la cima del cerro Chamán. Por su parte, Cachapoal ofrece como novedoso los asados campestres y las cabalgatas, o un wine tour nocturno en Viña Altair para subir hasta su mirador y probar Sideral, su vino ultra premium.
Valle del Maipo
Está muy cerca de Santiago y alberga las sedes principales de las grandes viñas tradicionales de Chile, como Concha y Toro, Tarapacá, Carmen, Santa Rita, Cousiño Macul y Barón de Rothschild. ¿Qué más se puede hacer en Maipo? Recorrer los viñedos de Veramonte y degustar sus Reserva, conocer las plantaciones orgánicas de Viña Emiliana con animales de campo o ir a Viña Catrala para poner “cara” a su bodega y sala de barricas, catar sus vinos y hacerlo en compañía de quesos de la zona.
Valle de Curicó
Para entender esta zona es clave el nombre del español Miguel Torres, que en los años 80 fue pionero en diversas técnicas de almacenaje, lo que devino en un importante avance para el sector vinícola de Chile y de este valle. La fiesta de la vendimia en Curicó se celebra durante marzo y abril, siendo la más grande de Chile, y es una ocasión ideal para conocer de primera mano el sistema de pisada de uva y elección de la reina de la vendimia. Además, aquí está una de las bodegas más grandes de Chile, Viña San Pedro, que se puede visitar a través de la Ruta del Vino del Valle de Curicó.
Valle del Maule
Llegar aquí es hacerlo a la cuna del vino chileno ya que la producción vinícola del Valle del Maule se remonta a la época de los conquistadores españoles. También es el valle más grande del país, donde crecen las variedades Carignan, Cabernet Sauvignon y Malbec. Se puede practicar trekking, cabalgatas, disfrutar de la gastronomía local, dormir en uno de sus hoteles y, por supuesto, visitar las viñas Casa Donoso, Carpe Diem y Balduzzi.
Valle del Itata
La inmersión en el mundo del vino es total: visitas a las viñas Casanueva, Del Alba, Tierra de Arrau o Casas de Giner para conocer el proceso de producción desde la cosecha, catas y degustación de la gastronomía de la Región del Ñuble. No se necesita más.
Valle del Bío Bío
Continuamos nuestro recorrido hacia el sur y paramos en una de las últimas rutas del vino en Chile. Aquí se genera un microclima particular que es ideal para el cultivo de las variedades blancas y tintas de ciclo corto. Vislumbrando un entorno asombroso se puede recorrer el valle a caballo o en bicicleta parando en las viñas Agustinos y Veranda, surcar el río Bureo en bote y reponer fuerzas con un almuerzo completo y un maridaje ad hoc.
Valle del Malleco
Es una de las zonas de cultivo de viña más australes de Chile, en la que se producen vinos con identidad cuyas viñas crecen en suelos rojizos volcánicos y a bajas temperaturas. En los espectaculares paisajes de la región de La Araucanía, y desde las viñas Aquitania, Los Colonos, Viñedos de La Araucanía y William Févre, se recolectan la Pinot Noir, Chardonnay y Sauvignon Blanc.