A 25 años de la muerte de Diana de Gales, más conocida como Lady Di, recordamos el gran ícono mundial que fue. Reconocida por ser la princesa del pueblo, activista y filántropa, fue la primera esposa de Carlos, príncipe de Gales, heredero de la Corona británica. Tuvo dos hijos, Guillermo y Enrique. La gente aún la recuerda por su carisma y sencillez además del glamour que la caracterizaba. Se rehusaba a seguir algunos parámetros de la corona como el hecho de usar guantes para poder tener contacto directo con el pueblo. Le gustaba abrazar a las personas y en especial a los niños, lo que no estaba muy bien visto desde la corona.
Poco se habla de que los platos favoritos de la princesa de Gales tenían mucho que ver con su personalidad. A pesar de pertenecer a la Familia Real, sus gustos no eran tan ostentosos como cualquiera imaginaría. Muy acorde con su sencillez y dulzura, Darren McGrady, quien fue su chef personal durante 11 años, reveló que los platillos favoritos de Lady Di eran tan humildes como ella. Le impresionaba que viniendo de una familia elegante sus predilectos fuesen tan básicos. Además, comentó que la princesa nunca comía carnes rojas ni mariscos y que evitaba los carbohidratos.
Pimientos rellenos
Así como lo lees. El platillo al que la princesa de Gales no podía resistirse era los pimientos rellenos con calabacín, champiñones, arroz y ajo, debidamente gratinados con mucho queso parmesano y mozzarella y bañados con una salsa de tomate ahumado, contó su chef personal. Lo pedía varias a veces a semana. Algo muy especial debían de tener para que fuese su favorito, quizás mucho queso o un relleno muy sabroso.
Borscht
En una carta enviada desde el Palacio de Buckingham a una mujer británica llamada Angeline Hospley constaba otro de los platos favoritos de Lady Di. Hopley recibió recetas de varias celebridades para elaborar un libro llamado The Cook´s Book y entre ellas la de Diana de Gales. Se trataba de una sopa de verduras de origen ucraniano que lleva como base la remolacha. Se le agregaba yogurt natural, cebolla, caldo de pollo, leche, crema agria, sal y pimienta. Como siempre ingredientes sencillos, pero combinaciones interesantes.
Un postre tan dulce como ella
Para cerrar con broche de oro, un pudín de pan y mantequilla figura como el postre que desvelaba sus sueños. Luego de dejar el pan en reposo dentro de una mezcla líquida de leche, crema, almendras, vainilla y almendras tostadas, este era horneado para obtener una textura sedosa que se deshacía en la boca. Así, recién salido del horno, aún caliente era bañado con mantequilla tostada. Sí, era completo manjar de los Dioses. No nos extraña que fuese su favorito. Si el cielo tuviese un aroma probablemente sería el de la mantequilla tostada.