El restaurante Black Tap (Nueva York) elabora los batidos de leche más extravagantes de la ciudad y, probablemente, del mundo entero: están ricos, deliciosos, son gigantescos y uno siempre acaba con ganas de más. Sólo tienen una pega y es que no son nada sanos por su explosión de calorías y mezcla de ingredientes. Pero aún así creemos que uno tampoco nos hará mucho daño.
Los propios dueños del restaurante Black Tap han bautizado a estos enorme batidos con el nombre milkshakes dementes. Parten de una receta tan loca y son tan poco recomendables para el organismo que no podían llevar otro nombre.
La idea nació de las ganas de la mujer del dueño de beberse (o comerse) un batido con algodón de azúcar; de ahí que estos batidos no sólo llevan leche y fruta, también nubes de azúcar, caramelo, galletas, nata, turrón y un sinfín de ingredientes a cada cual menos sano.
Puede que en tus planes no entre la opción de ir hasta Nueva York para probar este milkshake, pero sí puedes inspirarte en las fotos que ya invaden Instagram para elaborar tu propia bomba calórica.