Es viernes y nos dirigimos a hacer la compra de la materia prima culinaria del fin de semana para sorprender a los invitados con una buena cena. Vamos buscando los productos de mejor calidad de la ciudad, los más frescos y si son productos locales y autóctonos mejor que mejor. Ir al mercado más cercano puede ser la mejor opción. Los mercados tradicionales están explorando cada día más y ampliando sus horizontes hacia lo novedoso y lo innovador. No vamos a mentir, nos gusta que mantengan sus caracteristicas y sus productos castizos pero también nos gustan que hayan entrado en esta era de innovación gastronómica y productos gourmet. ¿Estas pensando en acudir a alguno de ellos? Te aconsejamos algunos.
En la calle Santa Isabel, 5 de 9 de la mañana a 9 de la noche de lunes a viernes (y hasta las tres de la tarde los sábados) podemos disfrutar del Mercado de Anton Martín, un mercado de toda la vida pero renovado y adaptado a los nuevos tiempos. Frutas y verduras, carnicerías, pollerías, pescaderías, todo lo que podemos encontrar en un mercado típico de los de toda la vida al que se le suman bares, restaurantes e incluso tiendas de moda.
Desde el año 1943, el Mercado de Chamberí se ha convertido en uno de los mercados de abastos de referencia. Tras más de 70 años de andaduras, es conocido por la calidad y por la gran amplitud en la oferta de sus productos. Sin embargo, durante todo este tiempo ha sabido renovarse y adaptarse a los nuevos tiempos. Una remodelación ha permitido mantener el mercado en la planta baja y la creación de un gimnasio en la primera planta. No solo podemos encontrar alimentos como embutidos, quesos, jamones y productos de pastelería, sino también plantas, decoración para el hogar o ropa.
En este espacio novedoso y multifuncional situado en la Calle Arcipreste de Hita, 10, encontramos esta original propuesta en el que se unen el ocio culinario con una marcada apuesta gastronómica. El lugar, abierto en 2013, se está convirtiendo en uno de los lugares de referencia en la hostelería de la ciudad madrileña, apostando por la cocina gourmet. El espacio se divide en tres plantas – planta principal, balcón y planta inferior – en el que se pueden degustar cocinas de todo el mundo: italiana, americana, japonesa, gallega y un sinfín más de productos.
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