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Cuando llamamos para la entrevista pillamos a Alba Pau, el alma mater del restaurante Can Pau, plantando petunias en un jardín que ella define como maravilloso: “Mi madre me decía que yo, siendo pequeña cuando salía al jardín, me dejaba la mala leche allí”, comenta riendo. Ese jardín es el bálsamo verde que la relaja y también el escenario de sobremesas que empiezan tras la comida y que se alargan como un chicle, sin fin. “Las sobremesas de la noche son eternas, ya lo eran con mis padres y siguen siendo así”.
Alba Pau tiene 67 años y sigue, reproduciendo sus mismas palabras, al pie del cañón: “Y lo estaré hasta que pueda. Ya tengo a mis dos hijos en el negocio, uno en cocina y el otro en sala, lo que me permite tener mejores horarios”, afirma.
Can Pau es una casa payesa que casi es como un museo, poco se ha modificado en su interior desde que sus hermanos vieran esta finca y decidieran instalarse aquí para, en un principio, montar una especie de merendero donde servir fuet, pan con tomate… “La finca fue del home de pau, juez de paz, de Santa Gertudris, y nos pareció un signo del destino que llevase el mismo nombre que nuestro apellido, Pau”, comenta.
Ella nació en Gerona, en Bañolas, pero lleva instalada en Ibiza desde los 16 años. “Tengo que decir que soy de Bañolas porque es allí donde vuelvo unos días cuando acaba la temporada en Ibiza y se van todos los famosos, voy siempre allí para reencontrarme, para volver a ser yo”. La vena de la hostelería le viene por parte materna: su madre, que tenía una fonda, y su abuela ya cocinaban. “Amo mi profesión no sabes cuánto, no sabría vivir sin hacer esto. Y lo bueno es que con mis hijos en el negocio tengo más tiempo para mi otra pasión, que son los niños maltratados, niños con problemas. Llevo 25 años ayudándoles en la fundación Conciencias”, explica.
Sobre los platos dice que no dan abasto con los huevos con patatas: “Una vez Lucio me preguntó cuál era el secreto y yo le dije que no había secreto, que las gallinas son nuestras y que cuando el comensal los come, apenas llevan un día puestos. Y claro, luego está la patata ibicenca…”. En la carta, aparecen como los huevos payeses de Ibiza estrellados y, tal y como afirma el propio restaurante en sus redes, «posiblemente hayáis probado muchos pero, aunque esté mal que lo digamos nosotros, como los nuestros, ningunos».
“Mucha gente me pregunta cuál es el secreto del éxito de Can Pau y yo respondo que el éxito es no haber tenido éxito, no haber estado de moda, haber seguido la tradición”, explica esta brava e incansable mujer.
¿Dónde está Can Pau? Carrer Sant Miquel, Km 2, 7, 07814 Ibiza
Fotografía destacada: Valentina Riccardi