Haz clic aquí para leer la versión en inglés.
Existen varios motivos o estudios científicos que han estudiado el efecto somnífero que produce el comer en abundancia. El ‘food coma’ es real, y puede inducirte a una siesta eterna si no se regula o limita. Pero, ¿de qué se trata exactamente este fenómeno o qué lo provoca?
Según un estudio titulado ‘Mecánica del sueño postprandial en Drosophila‘ la sal y la proteína de los alimentos envía una señal al cerebro que dispara la somnolencia postpandrial y/o cansancio tras haber ingerido sobre todo grandes cantidades de comida.
Un coma alimentario no es lo mismo que un verdadero coma médico. En palabras de Nikolay Kukushkin, profesor clínico asociado de Ciencias de la Vida en la Universidad de Nueva York, ‘el coma alimentario es una respuesta conductual a la ingesta de alimentos cuando el animal, ya sea humano u otro, se ralentiza y relaja después de ingerir una comida… Otra forma de decirlo es descansar y digerir’.
En este sentido, en otro estudio relativo al ‘food coma‘, se sometió a 4.000 estudiantes de la India a una serie de pruebas de diversas asignaturas en distintos momentos del día: a algunos se les administraron las pruebas poco después de comer, a otros varias horas más tarde. Los resultados revelaron que los estudiantes que se examinaron en la primera hora después de comer obtuvieron resultados notablemente peores, y Hervé señaló en Gastropod que ‘realizar las pruebas en el periodo postprandial redujo su capacidad cognitiva entre un 5% y un 9% en todos estos tipos de pruebas. Es una reducción sustancial de su capacidad de rendimiento’. A través de la investigación, se descubrió así que el coma alimentario no sólo produce una simple sensación de fatiga también provoca de alguna manera cierto deterioro cognitivo.