¿Disfrutas comiendo? Está claro que sí, si no, no nos leerías. Así que la pregunta correcta puede que sea: ¿Piensas en la salud de tu boca cuando comes?
Casi nadie suele hacerlo y es un error de principiante porque la mayoría de los alimentos que más nos atraen, y que consumimos a diario, están causando daños casi irreparables en nuestros dientes, encías y lengua.
Los alimentos encurtidos son uno de muchos. Cebolletas, pepinillos, aceitunas, berenjenas en vinagre… Se recomiendan por su bajo contenido en calorías pero sin ricos en ácido, debido al vinagre que llevan, por lo que pueden desmineralizar los dientes.
No por culpa del vinagre pero sí por el ácido, los cítricos pueden dejar de aportar colágeno, principal beneficio, para restar si su ingesta se realiza con demasiada frecuencia.
Comer almendras no es malo, todo lo contrario, sacian, tienen vitaminas y adelgazan, pero comerlas enteras pueden provocar trizaduras en los dientes aunque nosotros no nos estemos dando cuenta.
El café tiene antioxidantes, ya hemos hablado de sus beneficios, pero tienen la capacidad de teñir los dientes. Tienden a amarillear y la solución sólo pasa por visitar con frecuencia a los dentistas.