Opinión

Listo para entrega

Out for delivery: Listo para entrega
Foto: Cookplay

Entramos en una nueva era de cambio donde el delivery y el takeaway se dibujan como la evolución natural para hacer llegar a los restaurantes a nuestras casas, pero tras la crisis se adivina un modelo de vida más sostenible, donde se demandan productos más éticos con el medioambiente afectando a un sector que genera una gran cantidad de residuos.

Es cierto que este parón mundial le ha dado un respiro a la naturaleza que ha podido coger oxigeno devolviéndonos unos cielos y mares más azules y que se ha generado un sentir colectivo sobre el impacto medioambiental que han causado nuestras acciones pasadas y hemos empezado a ser conscientes de lo que consumimos.

La pandemia esta transformando profundamente a nuestro sector creando nuevas soluciones adaptadas a las necesidades del creciente mercado del delivery y takeaway. Nuevas infraestructuras “dark kitchen”, digitalización de pedidos, stocks, proveedores, optimización del servicio de entrega, inversiones en diseño, publicidad y marketing y un último punto pero no menos importante la selección de envases y contenedores desechables adaptados a cada menú donde la antigua cuidada puesta en escena en el restaurante es llevada ahora a la casa del comensal de una forma mucho más casual.

El mercado actual ofrece una amplia oferta de envases delivery que siguen criterios ecológicos pero no podemos olvidar demandar también un diseño estético que ayude a transmitir una percepción ante el pedido que sustituya la emoción física del restaurante que ya no vamos a disfrutar. La alta gastronomía ya ofrece una experiencia mucho más estudiada y cuidada realizando las entregas en nuevos formatos «delivery gourmet» para asegurar la exigencia no solo de la calidad del menú sino de la imagen final del producto una vez envasado y empaquetado al ser recibido en casa.

No hay duda que el Covid ha acelerado las transformaciones y que cada hostelero debe adaptarse a esta nueva era del consumo takeaway generando su propia y particular propuesta, por qué entonces no aprovechar esta oportunidad para proponer un delivery más sostenible reflejo de los nuevos valores que nuestra sociedad esta demandando; más local, más natural, más ético y responsable.

El NY Times ya ha informado bajo el titular “Food delivery Apps are drowning China in Plastic” que el crecimiento astronómico del food delivery en China esta inundando el país de toneladas de plástico de sus recipientes, utensilios y bolsas donde la gran mayoría del plástico no se recicla, se entierra o se quema con el resto de basura o va directamente a ríos y océanos tardando cientos de años en desaparecer.

El plástico no se degrada, permanece en formato de micro plásticos en todos los océanos y ya nos esta afectando a la cadena alimentaria. La mayor parte se deposita en el fondo de los océanos y solo una pequeña parte flota que con el efecto de las mareas es depositado en la costa y en las playas y que gracias a las campañas de limpieza puede ser recolectado y finalmente reciclado para aliviar en una pequeña parte todo el gran daño producido.

En los futuros años será de vital importancia reducir el consumo de plástico virgen para la fabricación de nuevos productos hasta que se pueda reemplazar por plásticos 100% biodegradables y mientras tanto la alternativa ideal debería ser utilizar el plástico reciclado que ademas podamos reusar.

Estos últimos meses han puesto de manifiesto que necesitamos cambios en la forma de hacer negocios, en la forma en que actuamos como ciudadanos y en la forma en que nos comportamos como sociedad frente a la naturaleza, por eso los colectivos ecológicos están apostando por reciclar y reusar en lugar de usar y tirar.

En la actualidad la única alternativa ecológica son los envases desechables 100% biodegradables que proceden de fibras naturales como la pulpa de caña de azúcar, de trigo, etc… que por ser naturales se degradan en 90 días en la basura orgánica y además son compostables por medios domésticos. Otras alternativas como los bioplasticos compostables como el CPLA o el PLA ofrecen una solución parcial, ya que solo se degradan mediante composteras industriales donde no se recomienda que se mezclen con los desechos naturales habituales. Tampoco podemos olvidar los envases desechables de cartón, tan usados en los vasos de cafe takeaway, aparentemente biodegradables salvo por el recubrimiento de su película plástica para hacerlos impermeables.

Nos toca ahora a los diseñadores, investigadores, hosteleros y emprendedores trabajar por una nueva generación de envases takeaway, crear nuevos diseños para reciclar y reutilizar y generar  propuestas que contemplen nuevos conceptos con nuevos materiales biodegradables para nuevas tendencias culinarias, porque nuestra alimentación tomará la forma de nuestros valores más actuales; individualidad, conectividad, aceleración,… y ahora ecología.

Aunque la sostenibilidad sea una responsabilidad global, solo será efectiva actuando de una forma local y personal, porque tan solo cambiando nuestros hábitos de consumo seremos capaces de poner en macha ese cambio necesario que reclama nuestro planeta.

Todo apunta a que la llamada revolución “azul” ya esta en marcha y aunque la pandemia Covid-19 había impulsado un movimiento para reconsiderar las leyes prohibitivas respecto al plástico de un solo uso, por fin veremos este año su prohibición definitiva. La entrada en vigor de esta directiva europea llegará el 3 de Julio de 2021, fecha limite para que los Gobiernos nacionales adapten sus legislaciones a los marcos mínimos establecidos por Europa. Según datos de la Comisión el 85% de la basura marina es plástico y el 50% es el denominado plástico de un solo uso.

Los datos hablan y las noticias son optimistas pero tal vez llegamos tarde.