Barón de Chirel no es un vino cualquiera. Surgió en 1986 (aunque se presentó por primera vez en 1991) a raíz de una elaboración experimental a partir de una selección de uva de viñas muy viejas, de entre 80 y 110 años, de muy bajo rendimiento y gran calidad. Fue un revulsivo, el precursor de los vinos de la nueva era de Rioja.
Hoy, este vino se produce de manera muy limitada, tan solo en las grandes añadas, donde se expresan el carácter del viñedo, del suelo y de la variedad, dentro de un conjunto armónico. Por eso el resultado siempre es excepcional.
Además, a partir de la cosecha 1995, Riscal selecciona manualmente las uvas para este gran vino con la instalación de mesas de selección, siendo la primera bodega que introdujo este sistema en España marcando un hito.
Se trata de un clásico moderno que realza la identidad, tradición y modernidad de Rioja. Y que debe ser acompañado de bocados que estén a su altura, tan suculentos como éstos que te recomendamos.
Queso Torta del Casar o Morcón Ibérico
Un queso graso de sabor intenso, así como este embutido de cerdo de gran calidad, pueden ser dignos acompañantes de este vino de gran potencia aromática.
Huevos rotos con jamón y pimientos
Uno de los entrantes más clásicos que casi se convierte en un plato gourmet. La fuerza de la mezcla de sabores de este habitual es perfecta para la cremosidad de Barón de Chirel.
Albóndigas de ternera en su salsa
Un día de invierno, una tapa tan deliciosa calentita y una copa de este tinto elegante y con un final largo y equilibrado. Una pareja insuperable.
