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Las raíces viajeras de Louis Vuitton se plasman en sus nuevos relojes Escale

Esferas texturizadas y discreción se unen en los primeros modelos Escale con tres agujas de la marca, una opción elegante para vestir a diario.

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La elegancia era esto, o mucho se le parece. El nuevo cuarteto relojero de Louis Vuitton, que celebra el décimo aniversario del modelo Escale de la firma, es sinónimo de distinción, y llega en su forma más sencilla: tres agujas, con unas hechuras contenidas de 39 mm de diámetro para lucir todos los días. Curiosamente, es el primer movimiento de horas, minutos y segundos de Escale, pues la marca inició la colección con complicaciones y diales muy trabajados.

La tetralogía comprende dos Escale en oro rosa (ambos con un precio de 29.000 euros) con discretas esferas centrales texturizadas, como la lona Monogram típica de Louis Vuitton. Una es plateada y se acompaña de una correa de piel de becerro en color cámel con costuras amarillas, y otra se ha estampado en azul, igual que el cuero de su pulsera. 

Los otros dos ejemplares están elaborados en platino, con agujas de horas y minutos e índices en oro blanco. En uno de ellos se ha optado por un meteorito para dar forma al dial. Es el famoso cuerpo celeste formado durante miles de millones de años que cayóen Gibeon, Namibia, y que aporta sus tonos minerales al reloj de 39.000 euros. La última pieza combina el ónice negro con los 161 diamantes de talla baguette (rectangulares) de su bisel, más uno en la corona. Mide un poco más que el resto, 40,5mm de diámetro, y su correa es de piel negra. Cuesta 180.000 euros.

Todos tienen en común que remiten a las raíces de Louis Vuitton. Escale significa escala, la de un viaje en el que el destino es lo de menos. La firma nació en Asnières (Francia) en 1859 como una empresa de baúles y maletas artesanos, pasando de un pequeño taller de marroquinería a una marca global que llegó a restringir el horario de su tienda de los Campos Elíseos de París para no morir de éxito en el siglo XXI. Y los Escale hacen guiños a esa esencia, portando unas asas que aluden a sus baúles, simulando el exterior remachado de los soportes y esquinas de latón que los refuerzan.

En la esfera se han aplicado unos índices angulosos y remachados en oro pulido a las 3, 6, 9 y 12 h. Y el minutero está salpicado de tachuelas doradas que evocan las cuñas del lozine, un nombre inventado por Louis Vuitton que hace referencia al material de fibra de las protecciones en los bordes de sus equipajes y a sus cinturones. Además, cada nuevo Escale incorpora un número de serie grabado en oro, como las placas que identifican a los baúles de la enseña. 

Un cristal de zafiro curvado protege las esferas y lleva el grosor de las cajas a 10,34 mm (excepto el modelo con diamantes, que mide 10,69 mm). Otro cristal en el fondo revela el calibre LFT023, que debutó en los modelos Tambour de Louis Vuitton de 2023 como el primer movimiento automático de tres agujas diseñado por La Fabrique du Temps, el taller suizo de alta relojería que compró Louis Vuitton en 2011, en colaboración con el especialista en movimientos Le Cercle des Horlogers. Impulsado por un microrrotor en oro rosa, está certificado por el Observatorio de Ginebra como cronómetro suizo de alta precisión y ofrece una reserva de marcha de 50 horas. Lo justo para un fin de semana refinado y elegante.