Es la ciudad de Calvino, de las botellitas de agua a cinco euros o del secreto bancario. Pero Ginebra también figura muy alto en cualquier ránking mundial sobre calidad de vida. Y es que esta ciudad del tamaño de Fuenlabrada, bañada por aguas transparentes y con vistas al Mont Blanc tiene muchas ganas de mostrarse más allá de los tópicos que arrastra. Por ello, te ofrecemos una pequeña guía para saborear lo más jugoso de la ciudad (y no arruinarse en el intento).
Es la ciudad de Calvino, de las botellitas de agua a cinco euros o del secreto bancario. Pero Ginebra también figura muy alto en cualquier ránking mundial sobre calidad de vida. Y es que esta ciudad del tamaño de Fuenlabrada, bañada por aguas transparentes y con vistas al Mont Blanc tiene muchas ganas de mostrarse más allá de los tópicos que arrastra. Por ello, te ofrecemos una pequeña guía para saborear lo más jugoso de la ciudad (y no arruinarse en el intento).
Las 24 horas (comiendo y bebiendo) de Ginebra
En Suiza, los chocolates se dividen entre los que encuentras en los supermercados y los que no. Dos ligas complementarias en una cultura que venera todo lo relacionado con el cacao. De la primera categoría son reseñables los famosos Lindt o los locales Favarger. Si quieres pralinés expuestos como joyas (y a precio parecido a ellas), no te pierdas Du Rhône Chocolatier (Rue de la Confedération 3) o Teuscher (Rue du Rhône 2) con sus míticas trufas de champán.
Las 24 horas (comiendo y bebiendo) de Ginebra
En medio del lago se encuentra Bain des Pâquis (Quai du Mont-Blanc 30), un balneario que en verano sirve de playa urbana y en invierno de spa. Todo el año, en su restaurante, se ofrecen contundentes platos del día a precio popular (¡milagro!) y, sobre todo, sus míticas fondues ‘moitié-moitié’ (mitad queso Gruyère, mitad queso Vacherin) bien regadas de vino blanco local. Obligatorio.
Las 24 horas (comiendo y bebiendo) de Ginebra
Cuando la tarde agoniza acércate a Arthur’s Rive Gauche (Rue du Rhône 7) o Brasserie des Halles de l’Ile (Place de l’Ile 1). Carísimo champán, taconazos de vértigo y banqueros de la zona en modo descompresión (los reconocerás porque son los únicos que no pestañean al pagar la cuenta). Para bolsillos sin fondos de inversión, L’Atelier o Bottle Brothers en Rue Henri Blanvalet, es la mejor opción.
Las 24 horas (comiendo y bebiendo) de Ginebra
La lucha por el mejor ‘entrecôte’ está entre Le Rouge et le Noir (Quai des Bergues 27), L’Entrecôte Couronnée (Rue des Pâquis 5) y Le Relais de L’Entrecôte (Rue Pierre-Fatio 6), pero los nativos saben que en relación calidad-precio el Café de la Limite (Rue des Charmilles 11) es una apuesta que merece la digestión. En otra guerra, la hamburguesa ‘deluxe’ cambió al llegar The Hamburger Foundation (Rue Philippe-Plantamour 37): empezaron con un ‘food truck’ y ahora hay que hacer cola.
Las 24 horas (comiendo y bebiendo) de Ginebra
En el barrio de Plainpalais está lo más parecido a la zona de bares de la ciudad. A destacar el clásico Remor (Place du Cirque 3), el rollo ‘hipster’ de Le Kraken (Rue de l’École-de-Médecine 8), Le Verre à Monique (Rue des Savoises 19), uno de nuestros favoritos donde tomarse un ‘bourbon sour’ rodeado de expatriados o, a diez minutos, Riverside (Rue du Rhône S\\/N) para la primera. Eso sí, si por lo que fuera te saltaste la cena y pretendes alargar la noche, la mejor comida libanesa está en Les Parfums de Beyrouth (Rue de Berne 18), un antro ruidoso y caótico en el barrio rojo (‘Les Paquis’) que hace kebaps dignos de peregrinaje de rodillas.
Las 24 horas (comiendo y bebiendo) de Ginebra
Si te gustan las experiencas fuertes a altas
horas de la noche tienes dos opciones: sentirte como James Bond en el Leopard Room del Hotel D’Angleterre (Quai du Mont Blanc 17) o meterte directamente en una película de David Lynch en el Chez Jean Luc (Rue de la Cité 9). En el primero, excelentes cócteles, chimenea de leña, servicio impecable, cantantes de ‘soul’ a luz baja y la sensación de que en cada mesa se está cocinando algo gordo. En el segundo… mejor lo descubres sin más pistas, ¿no?