Cuando pensamos en el vino, siempre nos viene a la cabeza el tinto y el blanco. Pero hay mundo después de estos. El rosado y el clarete, los espumosos, los vinos dulces… Un gran abanico de posibilidades que no son tan bien tratados como los que habitualmente pedimos. Por eso, te proponemos algunos rosados que de verdad merecen la pena y que además, bien fresquitos, son una perdición para estos días de verano.
Y ¿conoces la diferencia entre el rosado y el clarete? Te lo contamos a grandes rasgos: El primero se elabora retirando los hollejos (la piel de la uva) y dejando que fermente durante muchos menos días que en el caso de un tinto. Y el clarete se obtiene mezclando uvas blancas y tintas o mezclando los mostos de ambas uvas. Aunque debes saber que antes se permitía mezclar ambos vinos para obtener un rosado, algo que la Unión Europea ha prohibido.
Sabiendo esto, apunta, estos son algunos de los más interesantes que puedes probar ahora.
– Viña Sastre Rosado. D.O. Ribera del Duero (Burgos). Tempranillo 100%.
– Musculoso Clarete. D.O. Cigales (Valladolid). Tempranillo 85%, Garnacha 10%, Verdejo
y Albillo 5%.
– Miraval Rosé. Côte de Provence (Provenza, Francia). Cinsault, Grenache, Syrah, Rolle.
– Torelló Petjades. D.O. Penedès (Barcelona). Merlot 100%.
– Tombú Rosado. Vinos de lo Tierra de Castilla y León (León). Prieto picudo 100%.
– Raíz Rosado. D.O. Ribera del Duero (Burgos). Tempranillo 100%.