En esta frase se resume la historia de un trago tan clásico y especial como es el vermouth. Desde su nacimiento a finales del siglo XVIII, la tradición de su receta más auténtica se mantiene viva. El macerato a la girata lenta, a través del cual se extrae toda la riqueza y variedad de algunos de los botánicos que se utilizan para crear el Martini, es la base de esta bebida con tanta historia y recorrido.
Pero no todos los botánicos se trabajan igual -y ellos utilizan más de 40-. La marca lo sabe. Por eso, emplea métodos distintos para extraer lo mejor de cada uno de ellos. Este es un buen ejemplo del cariño y la atención que ponen en cada detalle, respetando la tradición y la historia de una bebida icónica desde sus inicios.
Pero, ¿qué ocurre cuando ciento cincuenta años después unes la inspiración al buen hacer? Cuando se juntan dos maestros de diferentes ámbitos como son Albert Adrià, reconocido como Mejor Chef Pastelero del Mundo en 2015 y uno de los mejores cocineros que existen, y Marc Álvarez, bartender profesional, en torno a una bebida histórica -como es el vermouth de Martini- sólo puede salir una creación espectacular. Al fin y al cabo, es encerrar dos genios en una misma botella.
Eso es lo que ha sucedido. Teniendo como base el uso del vermouth, Marc Álvarez ha creado un aperitivo inspirado en el reconocido chef y en el arte de elaborar una bebida tan tradicional y laboriosa como es ésta. La inspiración de Albert Adrià se centra en la selección y el uso del buen producto teniendo muy en cuenta la temporada de cada uno de ellos.
Esta combinación ha dado lugar a un Negroni cuya idea ha sido aunar la base de este trago tradicional con matices aromáticos, infusión de manzanilla romana en alcohol neutro y una hoja de laurel, cuyo aceite esencial aporta sabor a medida que transcurre en la copa. Todo un cóctel inspirado en uno de los chefs más importantes de nuestro país, ideado por uno de nuestros mejores bartenders.